En una tarde lluviosa de abril una pequeña niña lloraba aterrada en el regazo de su madre, quien intentaba calmarla con una canción y el suave abrazo protector que sólo puede ofrecer una madre amorosa.
—No tengas miedo, mi niña, es sólo una tormenta. Nada te hará daño mientras estés con mamá, aquí estás a salvo.
La mujer siguió su canción, arrullando y consolando a su pequeña para que no tuviera miedo. Al destello de un rayo, y el estruendo de un trueno, la luz en la casa se extinguió de repente. La niña gritó, aterrada de nuevo, siendo la obscuridad un aporte más a su miedo.
—No te asustes mi niña, no tengas miedo. La oscuridad no te hará daño, mami traerá luz de nuevo.
La mujer cargó a su niña, caminó hacia su cocina y de un cajón sacó una pequeña vela que encendió en la sala y a su hija le secó las lágrimas.
—Mira pequeña, la luz de la vela que brilla con alegría. Ella no le teme al rayo ni al trueno, su luz brilla aunque destelle y resuene. De la oscuridad nos protege y me deja ver tu carita sonriente.
La niña sonrió, abrazó a su mamá y con aquellas lindas palabras el sueño profundo la invadió y la luz de aquella vela que su mamá colocó, su miedo a la oscuridad y a las tormentas venció.
Cuento hecho para un challenge de escritura.
Inspirado en: la palabra Vela. Y el inicio de la película Valiente.
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La tierra de los mil cuentos
Mystery / ThrillerCuidado con los monstruos y asesinos, intenten no capturar a las hadas, ayúden a los detectives a resolver los misterios, no enfaden a los magos, huyan de las tormentas, enamorense de los príncipes y princesas o de los guerreros, no pierdan sus llav...