CAPITULO 9: Onii-chan.

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Sábado 9am, las calles son poco transitadas ese día por lo que la criminalidad es mayor. Algunos héroes las recorrían para así al menos advertir a los maleantes que nada servirá hacer un ataque. Yaiko era de las personas que siempre se mantenía ejercitada y de paso vigilar sin tener que esconderse de los héroes o la policía, trotaba escuchando música cerca de un parque que estaba en el centro de la ciudad.

Yaiko: ¿Qué es eso? –pudo divisar un Boomerang venir hacia el y se agachó– por poco y no la cuento.

Niño: ¡Lo siento, fue mi culpa! –gritó a 5m de distancia– ¿Estás bien?.

Yaiko alzó su pulgar en señal de que si está bien y continúo su trotar ahora hacia la estación, en su camino vió a varios niños jugando con otros o con sus familias.

Yaiko: ahora que lo pienso no he visto a Izumi en dos semanas y eso que vivimos a un piso de distancia, espero que esté bien.

???: ¡Kamada! –una voz femenina lo llamó del otro lado de la calle– aquí.

El pelinegro pudo identificar la voz de la chica que había "salvado de un accidente de automóvil" según ella le había dicho a sus padres los cuales se asustaron un poco. Ella estaba parada frente a una limusina la cual estaba estacionada a lado de la acera.

Yaiko: señorita Yaoyorozu, que gusto verla de nuevo.

Yaoyorozu: lo mismo digo, estaba en camino a mi mansión y te ví así que decidí saludarte.

Yaiko: ahora no tuviste oportunidad de escaparte.

Yaoyorozu: no me escapé –refufó– esa vez me permitieron salir sola.

Yaiko: lo que tú digas, pero para mí te escapaste, en fin.

Yaoyorozu: ¿haces ejercicio por las mañanas?.

Yaiko: si, me gusta estar ejercitado –nota que Yaoyorozu la mira seriamente– ¿Qué?.

Yaoyorozu: hablé con mis padres sobre tí y cuando mencioné tu apellido se sorprendieron, ¿Por qué no me dijiste que tú familia es la segunda más adinerada de Japón?.

Yaiko: no le ví mucha importancia decirte ese detalle, no es por ofender pero al menos yo no presumo que vengo de familia rica.

Yaoyorozu: ¿tan obvia soy? –Yaiko solo asintió– creo que tienes razón, no es necesario saber que me digas de qué familia eres.

Yaiko: descuida, de cualquier manera te enterarías de un modo o de otro, dudo mucho que tú familia quieran conocerme.

Yaoyorozu: sobre eso, eh...

Yaiko: ya decía yo que no nada más venías a saludar –soltó una pequeña risa– ¿cuando tengo que ir?.

Yaoyorozu: por el momento no hay fecha para que vallas, te avisaré cuando será –saca su celular– intercambiemos números.

Yaiko: claro.

Ambos dijeron sus números agregandose a sus contactos de teléfono, platicaron un poco más hasta que la limosina de Momo encendió su motor, señal de que es tiempo de irse.

Yaoyorozu: me gustó volver hablar contigo Kamada, espero volver a verte.

Yaiko: lo mismo digo Yaoyorozu, nos vemos.

El vehículo avanzó con Yaoyorozu adentro, Yaiko continúo su trotar hasta la estación; Después de unos minutos ya se encontraba en su casa tomando un té helado, ahora traía puesto un pantalón negro y playera verde, una toalla colgaba de su cuello pues se había dado una ducha. Tocaron la puerta de su departamento y Kamada fue a ver quién es llevándose la sorpresa de que era la niña alegre que había salvado hace dos semanas.

No Soy Lo Que Piensan (BNHA).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora