¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Flo recostada en un reposera tomando sol mientras los chicos juegan la volleyball en el mar.
- Tiempo- la rubia dice así que nos levantamos y caminamos al mar. Esta más que comprobando que uno estando mojado se broncea mejor.
- ¡Hasta que aparecen! - George agarra a Flo por la cintura, la acomoda en su hombro y corre hasta estar más profundo en el mar.
Son tan lindos juntos, solamente no tienen el valor suficiente para aclarar sus sentimientos. Ella los niega y él los tapa con otras personas.
- ¿Se pusieron protector solar? - pregunto cuando salgo a la superficie.
- Si, señora- Responde Lando.
Carlos, Pierre y Charles se ríen.
- Rianse nómas - digo saliendo del agua- no los quiero escuchar quejarse después.
- Deja de mirarla- escucho que Lando dice atrás de mi. Camino hasta mi reposera, me peino y vuelvo a retomar la rutina de bronceado.
- Hola- pongo mi mano en la frente para ver quién es y sonrio.
- Hola Pierre - sus ojos se achinan cuando sonríe. Jesús, que hombre hermoso. - ¿te pusiste protector solar?
- Si, señora- ruedo los ojos al escucharlo, me doy vuelta para tomar sol del lado de la espalda. - no me ignores.
- No te estoy ignorando, estoy tomando sol. - chillo cuando siento un cuerpo mojado arriba mío- Flo, cariño, salí de encima.
- ¿Donde está el peine?- señalo el bolso. Los chicos llegan con nosotras, acostándose en las reposeras de al lado.
- ¿Que les parece si vamos a comer? - me río al escuchar a mi mejor amigo, Lando y la comida son un verdadero amor.
- Hay un restaurante de playa a unas cuadras - comenta Carlos secándose el pelo con una toalla- podemos ir ahí si quieren.
- Estaría bueno- escucho a Charles - además de que no estamos con fachas para ir a un lugar elegante.
Una vez que estamos todos secos juntamos nuestras cosas y nos vamos. El traje de baño rosa que tengo puesto se transparenta un poco por el blanco de mi vestido playero.
- ¿Necesitas ayuda con el bolso? - sonrio ante la pregunta del monegasco.
- Estoy bien, gracias. No pesa tanto como parece.
Nos acomodamos en una mesa bajo una sombrilla, el día está hermosamente caluroso, no hay una nube en el cielo y el sol brilla.
- Mira como te mira George - Flo susurra en mi odio.
- No seas tonta- hablo de la misma manera - a vos es a quien te esta mirando, pero no te das cuenta del amor que siente por vos.
- Amor de amistad o quizá hermandad.
- Vamos a hablar de esto en casa - doy por terminado el tema cuando un chico viene por nuestras órdenes. - quiero un hamburguesa con papas y limonada por favor.
°°°°
Con mi vaso de agua en mano salgo hacia el patio de la casa, pero me sorprendo al ver que mi idea la tuvo alguien más.
- ¿Me puedo sentar?- señalo el lugar libre a su lado.
- Si, claro- me acomodo con los pies adentro de la pileta - ¿tampoco podes dormir?
- No, pero es algo normal en mi- giro la cabeza para mirarlo. Tiene las mejillas y nariz rojas por el sol, haciendo que las pecas resalten - te quemaste bastante.
- Si, me arde un poco- se ríe- ya se lo que vas a decirme.
- No sé de qué hablas- niego con una sonrisa - pero yo siempre tengo razón. ¿Donde más te arde?
- En la espalda - me levanto con destino a la cocina- ¿dónde vas?
- A buscar algo, quédate acá.
Abro la heladera para sacar el gel refrescante post solar.
- Sacate la remera - pido.
- Podríamos comenzar con un beso, peor como vos quieras.- se burla el francés sacándose la remera.
- Dale Pierre, date vuelta. - pongo gel en mi mano y después la paso por su espalda. No creo que haya peor lugar para quemarse que ese, pero le pasa por porfiado.
- Esta frío.
- Esa es la idea. - doy la vuelta y quedamos frente a frente. Estiro mi mano a sus mejillas para poner el producto - cerra los ojos.
- Phoebe- susurra aún con sus ojos cerrados. Hago un ruido de afirmación para que siga hablando- ¿tenes novio?
- Y después la directa soy yo- suelto una risita. Nuestra cercanía es extrema literalmente puedo sentir como nuestras respiraciones se mezclan, pero por alguna extraña razón no me siento nerviosa ni incómoda. Quizá sea porque sus ojos están cerrados y de alguna manera yo tengo el control de la situación. - No, no tengo novio.
Mi última, y única, relación terminó hace un año y medio. Después de eso no estuve en nada serio o formal, simplemente algo de una noche o de un momento. Mi corazón terminó de sanar el año pasado cuando me mudé a Londres, sin dudas salir de Francia me ayudó generalmente e ir poco a poco curando el engaño que Francis hizo sobre nuestra relación.
- Me alegro- responde finalmente abriendo los ojos. Dios, que ojazos.
- Creo que ya es momento de volver a la cama- digo saliendo del patio trasero. Me agarra de la mano para volver a quedar con esa cercanía.
- No huyas - murmura.
- Buenas noches, Pierre. - beso su mejilla y me voy a la habitación.