tres.

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De nuevo estoy aquí, estos pasillos, esta alfombra, la silla roja, de nuevo bajando las mismas escaleras que las últimas veces. No sé con exactitud cuantas veces he estado aquí. Pase las primeras veces, como una semana, resignada, sentada en la silla sin ganas de volver a intentar escapar ni recorrer el lugar, pues la vez que lo había intentado no había salido para nada bien, pero después de días, el pasar horas sin hacer nada con este silencio casi absoluto me hartó e incluso me frustró, así que de nuevo tenia una especie de motivación para moverme por los pasillos.

No es por el hecho de que me encanta asustarme o porque soy una aventura que quiere conocer este extraño lugar, no, es porque quiero irme. También, en el fondo, me gustaría saber porque vengo aquí, pero esa no es mí prioridad; de todas maneras, presiento que hasta que no descubra algo tampoco podre dejar este lugar y cada vez que pienso en ese hecho maldigo a mis adentros.

He llegado a la conclusión de que esto es, o al menos aparenta ser, un edificio que tal vez fue un hotel o algo así, es lo que parece pero, como todo es tan bizarro aquí sería muy poco realista de mí parte imaginar que es algo tan normal como eso, pero es una manera simple de verlo por ahora.

También me fije en un detalle muy importante, los números en la placa dorada de las puertas, el pasillo de la silla roja tiene números entre el mil y el novecientos cincuenta, y el pasillo inferior en donde me encontré al niño eran números del novecientos cuarenta y nueve hasta el ochocientos, entonces parece que hay cincuenta habitaciones por pasillo. Si mi sencilla teoría es correcta, al llegar al pasillo con números del cincuenta para abajo ese sería el último, entonces podría salir de aquí a quien sabe donde, o también podría que no... Seguro no es tan fácil como quiero pensar, pero me aliento pensando que un final debe de tener esto.

Sólo tengo que bajar todos las escaleras sin entrar por ninguna puerta abierta, pensé.

Pero no, cuando paso por un pasillo y hay una puerta abierta es como... como si una fuerza más allá de mí propia voluntad me controlará y me hiciera moverme hacia a ella, para así descubrir otra cosa extraña y perturbadora, que me asustará y me...

Trato de no dejarme dominar por el miedo pero en un lugar y con situaciones así se vuelve prácticamente imposible.

También hay otro gran inconveniente, no he podido seguir bajando más allá del pasillo dónde encontré al niño y otras criaturas, pues al llegar a las escaleras el acceso a ellas es bloqueado por una reja, supongo que debo encontrar la llave o algo parecido para abrirlo pero claro, esa no es una tarea muy sencilla. ¿Tendré que entrar en cada una de las habitaciones de este pasillo para encontrar la llave? Es una teoría por desgracia muy probable, pero en la que espero estar equivocada.

Entonces, pasa lo inevitable. Escucho el sonido del crujido proveniente de una puerta abriéndose detrás de mi, un escalofrío baja por mi espalda y me hace tragar grueso, tomó aire profundamente repetidas veces mientras me doy la media vuelta para enfrentarme de frente a mí oponente, me acerco y la puerta muestra solo oscuridad a través de su mediana abertura. Leo el número de ésta, el novecientos veintinueve, mi mano tiembla ligeramente antes de posarse sobre el picaporte gracias a mis nervios por lo que decido apartarla hacia atrás llevándola a mi pecho.

— Tu puedes Anna, tienes que hacerlo... —me recuerdo a mí misma intentando llenarme de valentía y así, finalmente terminó por empujar con suficiente fuerza la madera para abrir por completo la puerta.

El interior es completa oscuridad, sólo veo negro. Basándome en lo que he visto hasta ahora, me parece que todas las habitaciones son iguales o que al menos tienen la misma estructura, entonces me adentro a la habitación con cautela hacia dónde, siendo así como supongo, debería estar la ventana, para fijarme si es que algo la está cubriendo, claro primero busque algún interruptor de luz pero el que encontré no funcionó.

Al llegar allí, por suerte sin toparme con nada en el camino, sentí con mis manos lo que parecía una densa tela, una cortina la cual rápidamente aparte hacia los lados, aunque la luz que entraba a través de la misma era tenue, era lo suficiente para iluminar algo la habitación, entonces fue cuando me percate de que no había llegado hasta la ventana de ninguna habitación antes pues algo siempre me detenía antes de lograr mi cometido, así que por fin podría ver hacia afuera y saber más o menos en donde estoy... No, de nuevo no sería tan fácil, antes de abrir por completo las cortinas un portazo me hizo darme la media vuelta de un susto.

— Estoy cansado...

Esa voz se me hace conocida, fácilmente pude vislumbrar la figura de un chico que estaba cabizbajo frente a la puerta, pero no lograba ver bien su cara.

Mire mi alrededor, parecía una habitación de un adolescente normal con algunos posters pegados en las paredes, una cama sin tender, algo desordenada y con alguna que otra prenda de ropa tirada por ahí, también la forma de la habitación había cambiado por completo y ya no era igual a la estructura de las demás habitaciones de aquí.

El chico comenzó a avanzar lentamente con pasos torpes, entonces concentre toda mi atención de nuevo en él, me petrifique en mi lugar limitandome a ser una espectadora. El chico agitó suavemente su mano, al hacerlo me pareció escuchar una corta risa con aire triste de su parte, gracias al sonido que emitió tal acción parecía que sugetaba un recipiente con pastillas, se sentó en la cama y abrió el frasco vaciando el contenido del mismo en su boca, trago el montón de pastillas y finalmente se dejó caer a la cama, quedando acostado de medio lado con la cara hacia abajo.

Por supuesto me siento asustada, pero más que todo confundida, generalmente luego de unos segundos o minutos cualquier cosa me atacaba, pensé que el chico lo haría pero no, solo estaba allí acostado inmóvil, lucía inofensivo.

Luego de unos minutos de absolutamente nada, al fin mí cuerpo me permitió moverme y de nuevo como una típica película de terror, me dirigí a hacer algo estúpido. Por alguna razón sentía demasiada curiosidad por mirar el rostro del chico, incluso cuando en mí cabeza una vocecita me gritaba "No, no lo hagas, no, no te acerques, no, no lo toques", lo hice. Me acerqué con lentitud a la cama y lleve mi mano hacia el un hombro del chico y al tocarlo aparte mi mano rápidamente con miedo esperando lo peor pero no nada paso, este no reaccionó, entonces no se de donde saqué valentía para llevar mi mano a su hombro de nuevo y lo giré con fuerza para hacer que este quedará boca arriba.

Al ver su rostro mis ojos y boca se abrieron más de lo normal, de repente empece a sentirme mareada, camine hacia atrás y mis pasos se volvieron tan torpes como los fueron los de él, caí sentada al suelo por la impresión.

Esto no puede ser, no tiene sentido... Esta frío ¿Muerto?... Esto no es real, no es real porque cómo es posible... él... es...

— ¿Lucas?

. . . . . .

Notita: Han pasado 84 años... Lo sé, sé que me he tardado un chingo en actualizar y no porque no escribiera nada si no que lo que escribía no encajaba para ser el tercer capítulo :'D

So, tienen derecho a matarme si quieren por eso jaksjajs perooo hablando del capítulo yo se que quedaste :0 y no te preocupes, esta vez no tardaré tanto en subir la continuación...

- ¡Así dices y te tardas de nuevo un siglo!

CÁLLATE VOZ DE MI CABEZA, ESTA VEZ ES VERDAD QUE NO TARDARÉ TANTO.

Perdón si esta un poco corto el cap... Espero que les este gustando, me ayudaría un montón si votas, dale que no te cuesta nada little angel ;)

Gracias por leeeeer, no olviden seguir cuidándose del virus uwu

~ F. L♡

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⏰ Última actualización: Apr 24, 2021 ⏰

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