Muñeca de Porcelana (Trafalgar Law y Tu)

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⚠️Contenido Fuerte

Los rayos de sol tocaron la piel pálida de la pequeña niña que se encontraba dormida en su cama; sintiendo el leve calor que le daba los rayos de sol, la pequeña (tn) empezaba a abrir lentamente sus ojos. Frotando una de sus manos en su ojo, (tn) se dispuso a levantarse de la cama para ir arrastrando los pies hacía en baño y poder hacer sus necesidades, olvidándose de ponerse sus pantuflas para no sentir el frio de las losas del baño.

Saliendo del baño la pequeña se acercó a sus pantuflas de conejo que se encontraba cerca de un baúl que estaba pegado a un lado de la cama; con los ojos entrecerrados la pequeña (tn) se puso sus pantuflas para luego caminar luego volver a caminar al baño.

Acomodando el pequeño banco de madera frente al lavadero, la pequeña se subió en el para estar a la altura del lavado; estirando su brazo izquierdo agarro la llave del lavado para abrir y dejar que el agua empezara a caer. Con sus manos haciendo un pequeño cuenco, la pequeña (tn) se hecho agua en la cara para poder despertar, cerrando el caño del lavado (tn) se dispuso a bajar de la pequeña banca; pero, no sin antes agarrar el cepillo de pelo que se encontraba en el estante.

-Qué raro, mami siempre es la que me peina y no esta... ¿dónde estará? – dijo (tn) para ella misma mirando el cepillo que sostenía con sus dos manos; al no saber nada de su madre, la pequeña peli-castaña se dispuso a salir de su cuarto para ir a la habitación de su madre; pero, al abrir la puerta blanca se dio cuenta de que victoria no estaba en aquella habitación color celeste pastel.

- Que raro, ella no está aquí – La pequeña (tn) se empezaba a preguntar por el paradero de su madre, decidiendo bajar al primer piso para inspeccionar si ella se encontraba ahí; con su mano derecha agarrándose de la pared y su mano izquierda agarrando el cepillo color amarillo, se dispuso a bajar las escaleras de su hogar para llegar el primer piso.

- ¡SORPRESA! – la pequeña (tn) dio un salto del susto al escuchar varias voces decir aquella palabra, (tn) giro su cabeza a donde provenía el sonido encontrándose con su abuela, su madre y el viejo Tomas, los cuales habían decorado el comedor con decoraciones clásicas de cumpleaños.

Todos miraron como a la pequeña niña se le iluminaban los ojos y empezaba a mostrar un rostro lleno de felicidad, haciendo que los adultos rieran un poco por verlas en pijama y con el cabello todo despeinado.

-Mi niña, que linda forma de recibir tu cumpleaños – Dijo Victoria al ver a su hija toda desarreglada; acercándose con tranquilidad a la pequeña que usaba un pijama azul con detalles de patos, victoria se agacho a la altura de (tn) para poder abrazarla.

- es que no me dio tiempo para cambiarme, ya que quería que me peinaras mami – la niña había dicho esas palabras con mucha emoción, haciendo que los adultos se enternecieran por lo dulce que podía ser la pequeña (tn); agarrando la mano de la niña, victoria la llevo a (tn) a saludar a los dos mayores que le dieron un gran abrazo.

- mi pequeña muñeca ya es toda una señorita – dijo la anciana mientras abrazaba por segunda vez a la pequeña (tn) que se encontraba empalagado por tanto cariño que le daban.

- tranquila Emily... que vas a terminar asfixiando a la pobre niña – la voz del anciano se hiso presente en aquel comedor para terminar recibiendo una mirada de amenazante por parte la anciana.

- siempre tan linda Emily – dijo el de piel trigueña mientras se rascaba la parte trasera de su cabeza por sentir la mirada amenazante de su amiga, todo esto siendo observado por las dos peli-castañas de ser aguantaban la risa por ver a los dos ancianos pelando como niños pequeños.

- Bueno, no estamos aquí para pelear... estamos aquí para celebrar el cumpleaños número 8 de mi pequeña hija... así que sentémonos a tomar desayuno, que hoy es un gran día – la voz de victoria fue suficiente como para que los dos ancianos dejaran su pelea y se acercaran a la mesa circular donde estaban las tazas y platos servidos; con (tn) cargada en brazos, la anciana la sentó a (tn) en una de las sillas que se encontraba en la mesa, para luego poder sentarse a su lado derecho, seguido por el anciano que se sentó al lado de la mujer.