Las noches parecen más frías cuando cuando tu mente está en un estado de oscuridad, más aún cuando no tienes quien te acoja. A veces, basta con un gesto, con un par de palabras o con cualquier detalle para quitar el frio de la noche de alguien más.
Aquella chica recostada en la ventana llevaba mucho tiempo entre noches frías, su nombre es Victoria, quien irónicamente no había tenido una vida muy victoriosa. Aquella ventana había presenciado romances, peleas e incluso un par de muertes aquí y allá, pero no nos adelantemos mucho, tenemos que repasar bien lo que la llevó a este momento desde el principio.
así que acompáñenme mientras los acomodo, les doy una taza de café caliente y les cuento esta historia, ya que pronto el café derramará y el sofá se romperá.
Todo se remonta a hace algunos años, para ser exactos, unos 5 años.
—Así que no vas a decir nada, muy bien, perfecto, sigue como vas. Sabes que me sacas de quicio y se que no te gusta lo que pasa cuando me sacas de quicio.
Nathan, la ex-pareja de Victoria, es constantemente ignorado por esta. Victoria lleva un tiempo siendo amenazada por Nathan para no salir de su gran casa.
—No me puedes mantener aquí por siempre, eso lo sabes.— dijo Victoria mientras miraba a su captor con una mirada profunda de rabia e impotencia.
—No, lo que tu no sabes es que tengo poder sobre ti, me perteneces, ya no puedes seguir con tus juegos enfermizos. Ahora cierra la maldita boca, solo usala para comer.
—¿Que piensas hacer conmigo? no piensas mantenerme amenazada hasta el día de mi muerte, ¿o si?
—Pensé que te había dicho que cerraras la boca.
—¿Te das cuenta que el único en juegos enfermizos eres tu? ¡Coño, tienes una chica cautiva en un cuarto! ¡recapacita!
—¡Callate ya, hija de puta!— Gritó Nathan en un tono amenazante, mientras le daba una bofetada en la mejilla.— ¡mierda! uff, no fue mi intención ¡¿ves lo que provocas?!- Justificó Nathan.
Victoria se mantenía en silencio, temblando ligeramente con la cabeza echada cerca de su hombro, mientras cubría su mejilla con ambas manos. su cabello cubría su cara mientras lloraba en silencio.
—Oye, lo siento. sabes que te amo, por eso estoy aquí, por eso estas aquí, yo... no quise explotar.—Trató de explicar Nathan mientras Victoria seguía llorando silenciosamente.
Después de unos segundos de shock, ella se levanta delicadamente, aún sin mirar a Nathan, y se encamina a una esquina del cuarto para estar sola un rato. Nathan duda si seguirla o no, pero después de unos segundos decide ir con la intención de arreglar las cosas.
Victoria se encontraba en el suelo, con su cabello aún cubriéndole el rostro. Nathan se sentó a su lado, de lo cual Victoria se dió cuenta, entonces, retiró levemente sus brazos de su dirección.
-Mira, solo estoy un cuanto enojado porque hoy a sido un día muy difícil en la oficina, Rebbeca hizo un desastre y- Fue interrumpido por Victoria rápidamente.
—¿Re... Rebecca? ¿la viste? ¿Está bien? ¿pregunta por mi?— Dijo Victoria mostrando interés, mientras miraba ligeramente a Nathan.
—A esto me refiero. Rebecca, tu... Mira, por ahora quiero que te enfoques en nosotros, eres una mujer, y muy hermosa, por cierto.— Respondió Nathan.
—...¿Cuándo podré ver a Rebecca?
—No creo que sea posible.
DoyJoy
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Asesina de las flores
Mystery / ThrillerAprendió que un ramo de flores, un puñado de bayas y un poco de "magia" pueden cambiar tu vida, o terminarla. Trigger warning: Sangre, envenenamiento y muertes detalladas. Si alguna de estas cosas te incomoda, no leas la historia. Esta es mi primera...