HANSA

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Historia Original de @Nataliazopa











Como primer punto quiero
aclarar que viajar estando
embarazada de 8 meses no es realmente placentero y mucho menos cómodo, la
personita dentro de mi panza
parece no querer viajar y para terminar al patear hace que mis bubis se levanten y mis órganos se estrujen.

Mi padre sabe de mi embarazo pero evita el tema a toda costa y hace mucho que no me habla, mi madre intenta pretender que todo está bien y aunque me gustaría decir que estoy cómoda con la idea de ir a visitar a los causantes de que
yo no quiera tener cerca de mi a mi bebé, pero sería la más grande mentira que pudiera haber pasado por mi mente.

Al llegar toqué la puerta
suavemente, como esperando
que no lo escucharán y de
esa forma poder regresar por
dónde vine, no me molestaría
volver a escuchar las sesiones
de amor de Mew y de Gulf.

Mi madre abrió la puerta y me miró sorprendída observando mi ya crecido vientre; me dió un abrazo teniendo cuidado de no aplastarme y me dió paso
para entrar.

Mi padre estaba sentado en el
sofá, bebiendo café y mirando la televisión a un lado de mi hermano, ambos hombres con el pensamiento de machos que se dejan llevar por el lema del pratriarcado.

Al verme mi hermano actuó
temeroso y mi padre suspiró viéndome con desdén, como
si fuera la peor persona que pudiera haber pasado su casa; todo parecía estar en un ambiente de total incomodidad y tensión.

Mi madre me hizo tomar asiento y sirvió una taza de café para mi y para ella, todo
quedó en silencio nuevamente, como si todos estuviéramos esperando a que papá hablara.

Y así fue.

Papá apagó el televisor, volteó su mirada a mi panza luego a mi rostro, sonrió de oreja a oreja y cruzo las piernas para comenzar a hablar.

-¿Sabes para que te he
mandado a llamar? -me miró directamente a los ojos desafiante.

-No, pero por el ambiente debe ser algo emocionante
suspiré -claro solo para ti y
bajo tus propios bienes.

-Incluso estando en la peor
situación te pones estoica y te mantienes en tu posición de la hija madura. -sonrió
mirandome cómo todo padre
machista lo haría.

-¿Me dirás para que vine, o seguirás evitando mi presencia, como hasta ahora
lo has echo? -acaricié
sutilmente mi vientre para que él no se diera cuenta, estába realmente tensa.

-Tu hermano... -señaló al
mencionado -embarazó a su
novia y estamos en espera de me digan que es un varón, si
eso sucede ya no tendré que
dejar mi legado a un bastardo.

-¿Que...? -dije desconcertada.

-Tu hermano hace poco me
dijo que su novia estaba en
cinta, lo que quiere decir que
tú bastardete no será mi único heredero.

-¡Pero ..! -interrumpió mi
madre -si es niña, él dejara a tu mando más de la mitad de todo lo que tiene.

-Mujer, no sabés si el de ella
es bastardo o bastarda, no
puedes decir nada hasta que
no lo veamos. -argumentó
molesto.

-De igual manera tendrás que dejarle algo a tu hija y
nieto, te recuerdo que no solo
es tu fortuna sino también la de mi padre y abuelo. -
discutió firmemente.

-Has lo que quieras mujer -
el silencio regresó para volver a ser interrumpido por una llamada del teléfono de mi hermano.

Contestó y en menos de cinco segundos una sonrisa gigantesca se posó sobre su
rostro, miraba de reojo a mi
padre y sonreía como si le
dijeran que acababa de salvar a toda la raza humana; al colgar el teléfono me miró
triunfante y procedió a decirle a mi padre las maravillosas noticias -es niño... -mi padre lo miró asombrado apesar de que ya lo sabía por las pasadas
expresiones de mi hermano.

-Esto es una bendición, hay
que celebrarlo ya -comentó
dejando su lugar para abrazar firmemente a su hijo. -por lo menos tu no me decepcionas.

Ese último argumento me llegó como balde de agua fría, estudié como nadie lo haría, me esforcé y trabajé como burro por conseguir algo de respeto de mi padre y lo único que he ganado es quedar como una tonta; no servía de nada tener que pelear con mi padre, pues
es una hombre muy necio y
terco. No comprendo su forma tan anticuada de educarme, jamás tuve algo que mi padre me diera con amor, su lema solo aplicaba hacía mi «quieres algo, trabaja por ello» una lamentable he injusta ley que solo afectaba a mi persona.

Suspiré fuertemente tocando
delicadamente mi vientre, no me importó que él me estuviera mirando, solo me
levanté del sofá y me dirigí a
la cocina siendo perseguida
por mi madre quien se notaba preocupada.

No diré que el primer día fue
el único día en que mi padre
aprovechó para hacerme
sentir mal, cada que tenía la
oportunidad de demostrar cuál feliz estaba por el nieto
que mi hermano le había dado, lo hacía de una forma
denigrante para mí.

Mi madre intentaba mantenerme ocupada y que en un inicio estaba enojada conmigo, admitió que fue por qué le dije de mi embarazo cuando tenía ya los seis meses, debía admitir que
hasta yo me hubiese enojado
de esa acción. Ella se disculpó
por su trato indiferente, pero
dijo que le dolía la actitud de
mi padre hacia mi y qué apesar de todo me apoyaria si lo necesitaba.

Me sentía frustrada y enojada
conmigo misma, mi bebé me
necitaba y yo a él.

No sé de dónde saqué la fuerza pero tomé el teléfono
y marqué el número de Arthit, sonó un par de veces y cuando descolgaron comencé a hablar sin dejar oportunidad de argumentar algo.

-Se que no quieres verme,
se que no me amas, pero por favor no le hagas esto a nuestro bebé, yo lo quiero
conmigo pero con mi padre cerca el será infeliz cuando crezca. -solté inevitablemente una lágrima
de desesperación ante la
situación -no lo dejes solo,
no me dejes sola...

En la línea no se escuchaba
nada, así que colgué el teléfono y me recosté en la cama, sollocé un rato y
finalmente me quedé dormida, en fin todo esto tendría que durar hasta que me valla de casa de mis padres, pues mi madre necesita ayuda y no es como que yo sea la mejor candidata para eso pero de algo serviré. Solo cuatro días más, que podría pasarme.




Aquí un poco de la vida de Hansa.

JUGUETE SEXUAL ADAPTACION MEWGULF TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora