JessToqué la puerta del estudio de mi papá dos veces y después de que me dijera que pasara, entré mientras jugaba con mis manos. Estaba nervioso. Jamás había sido mucho de pedir favores, así que pedirle ese favor me ponía muy nervioso.
—¿Qué pasó, Jess? — me preguntó, cruzando sus brazos.
—Te... mhm... pedir un favor.
Él no se molestó en ocultar su sorpresa.
—Claro, ¿qué tipo de favor?
—Mhm, ¿todavía eres amigo de quien nos vendió boletos hace dos años para un concierto al que Vee quería ir?
—Sí, ¿por qué?
—¿Crees que pueda conseguir boletos para el festival en marzo? — lo miré con una sonrisa pequeña.
—Yo creo que no tendría mucho problema, es con casi dos meses de anticipación que se los estás pidiendo.
—Gracias, pa.
Asintió con una sonrisa. Me giré y estaba a punto de salir cuando escuché que llamaba mi nombre.
—Jess, ¿quién es la chica?
Me gustaría decir que no me tensé, pero estaría mintiendo. Todo mi cuerpo se tensó al escuchar la pregunta.
Hazte el tonto.
—¿Cuál chica?
—La chica a la que vas a llevar al concierto — fruncí el ceño —. Y no digas que estoy loco porque te conozco demasiado bien para ser verdad. Debe de gustarte mucho, ¿eh?
Mordí mi mejilla y giré para verlo. Tenía una ceja enarcada con sus manos cruzadas mientras las posaba sobre el escritorio frente a él. Con su cabeza señaló la silla frente a él, dando a entender que me sentara.
Me senté, con mis manos dentro de las bolsas de mi sudadera.
—¿Quién es?
—Es Lila. No la conoces. Va en mi grado y es hermosa. En serio, es hermosa.
—¿Cómo es?
—Tiene un carácter fuerte, es muy inteligente y probablemente la más inteligente de la preparatoria, ha de medir un metro sesenta y algo, tiene ojos entre azul y verde, y cabello café. Es muy divertida y tiene muy buenos gustos de música. Ah, y lee mucho.
—Suena como una buena chica.
—Lo es.
—¿Y sabe que existes?
—No, cómo crees. Somos completos desconocidos y la voy a invitar a un concierto sin haberle dirigido una palabra — papá rodó los ojos, divertido y sonreí.
—Seguro que acepta.
—Eso espero.
Delila
Acababa de decirle a mi papá lo que había hecho, es decir, lo de Londres y me miraba con una expresión entre sorpresa y algo más que no supe descifrar.
—Bien. Yo te compro el boleto de ida y de regreso. Si quieres puedo ir contigo.
—No es necesario, papá. Puedo ir sola.
—¿Segura? — asentí y se puso de pie.
Me dio una palmadita en el hombro mientras me miraba con una sonrisa.
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Un sueño
Teen Fiction«Un sueño» esas dos palabras que nos describían tan bien. Algo tan fugaz, tan corto, pero que fue algo precioso. Justo como un sueño... Nuestro sueño. Borrador 2021.