Mes donde las familias se juntan a pasarlo juntos, donde probablemente la madre haga una cena especial mientras el padre la ayuda. Donde los primos se reúnen a jugar mientras los adultos hablan. Donde todos están juntos, aún cuando personas faltan.
La víspera de navidad ese año era distinta, en especial para las pelirrojas. Ellas acostumbraban a grandes banquetes, con cientos de invitados desconocidos, donde sus padres se mostraban muy amables y cuidados. Donde ellas eran princesas y su hermano un príncipe. Si se comportaban como la realeza, quizás recibían algún que otro regalo ostentoso. Aunque lo más divertido era lo que ocurría cuando los mayores dormían.
Los tres hermanos solían abrigarse lo suficiente para no pasar el frío, y salían en silencio al gran patio de la casa. Jugaban a la guerra, hacían ángeles o hacían un muñeco con la nieve. Era el momento más hermoso y apreciado por los tres. Estar juntos bajo las estrellas, jugando como niños de 5 años. Era hermoso, simplemente único.
Esa víspera de navidad era punto aparte. Maison ya no estaba con ellas, y ambas estaban con una familia que si las querían con sinceridad. Quizás por eso no estaban deprimidas, después de todo, no estaban solas.
Madison miraba su vestido rojo, no hacía tanto frío, algo muy poco común en esas fechas viniendo de ese pueblo. Estaba vestida, maquillas y peinada. La cena en la casa de Marlene estaba planeada de hace dos semanas. Los chicos habían ayudado con la decoración, incluso ellos iban a preparar la cena fuera, en una pequeña tienda de campaña, mientras que las mujeres se encargaron de envolver regalos y otras cosas.
Marine se había ido en la tarde con Quil, pues ambos habían olvidado comprar sus regalos. Así que Paul iría por ella en unos minutos.
Su relación, aunque carecía de título, era bastante buena. Ambos sabían hasta que punto ir, conocían sus límites. Él jamás se pasó de la raya con ella, la respetaba y cuidaba como una delicada flor. Y ella le hacía bajar los humos al lobo malhumorado. Marlene le comentaba a Madison cuanto había cambiado el chico desde que salían, y ella no lo podía ni imaginar.
FLASHBACK
-¿Cómo van las cosas con Paul?.-Preguntó la madre lobuna a la joven, mientras le tendía un café.
Madison comenzó a visitar a Marlene en el trabajo, todos los días que Paul tenía guardia o trabajo en el nuevo taller de Sam.
