Día 3. Role Reversal.

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/!\ Las personalidades pueden verse un poco afectadas por el tema, pido disculpas por esto.

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Al ser un estudiante de hechicería de primer año no se le asignaban misiones muy complicadas, las maldiciones eran fáciles de derrotar y eso le molestaba, quería algo que estuviera más a su nivel. A sus 16 años quería retos nuevos, estaba seguro de que podía ser un chamán por cuenta propia, creyéndose invencible. Al nunca enfrentarse a una maldición de clase especial creía que sería tan sencillo como lo había sido hasta ahora.

En medio de una de sus tantas misiones aparecieron algunas maldiciones bastante fuertes, no poseía un buen control de su energía maldita, siempre fue consciente de ella mas nunca la había utilizado, ni siquiera sabía que existían los hechiceros hasta que uno apareció frente a él salvandolo de una maldición. Al enfrentarse a una mucho más fuerte que él se dio cuenta de lo inútil que era realmente en combate y tenía mucho por aprender.

No estaba orgulloso, pero de alguna manera se las había ingeniado para escapar, estaba seguro de que si se hubiera quedado más tiempo en la pelea no hubiera sobrevivido, ahora su problema se centraba en que se había perdido en el bosque, probablemente si caminaba recto lograría salir, pero no podía asegurar de que no caminaría en círculos. Odiaba los bosques, le parecían sumamente molestos.

Después de caminar por bastantes minutos dio con una cueva, había estado en ese bosque muchísimas veces anteriormente, no recordaba un lugar como ese. Ingresó curioso por explorarla, si no lograba salir le podría servir para pasar la noche, aunque era extraño, sentía algo fuera de lo común al entrar y mientras más entraba estaba seguro de que podía ver luz, como si fuera fuego lo que iluminaba las paredes de piedra. Adentrándose cada vez más pudo comprobar que, efectivamente, era fuego, más específicamente lámparas de aceite. Observó con cuidado todo lo que había, algunos huesos que parecían formar un trono, libros, un mapa con algunas ubicaciones marcadas en él.

— ¿Puedo ayudarte en algo? —una voz resonó en su tímpano y se volteó rápidamente, un escalofrío le recorrió la espalda por la repentina sorpresa. Había alguien parado frente a él, usaba un kimono negro, tenía el cabello negro también y los ojos azules, su presencia era aterradora, probablemente era una maldición de grado especial.

—Soy un hechicero no intentes hacer nada.

—No perdería mi tiempo con un "hechicero" tan débil, no me interesas. —hizo las comillas con sus dedos, dándole a entender que no lo consideraba un chamán verdadero.

—Tsk, tú te lo pierdes. —la maldición caminó hasta su trono y se sentó ahí analizando al chico de rosados cabellos.

— ¿Por qué sigues aquí?

—Debo exorcizarte.

— ¿Tú? No tienes la fuerza suficiente, perderías el tiempo intentándolo.

—Me subestimas porque soy de primer año, pero puedo asegurarte que soy más fuerte que tú.

—Detesto a la gente arrogante como tú, principalmente si son humanos. Vete de aquí.

—No, hasta que accedas pelear conmigo. —observó como la maldición junto sus manos y antes de darse cuenta estaba tumbado en el piso con un gran perro de jade encima, trataba de soltarse para escaparse del canino, pero no podía hacerlo, sobrepasaba su fuerza.

Lo mantuvo tumbado por varios minutos, en un punto se cansó de luchar y se quedó quieto, el perro le gruñía y mostraba sus colmillos, pero no lo había atacado en ningún momento. Escuchó como el de cabello negro le daba una orden y el perro lo dejó libre, como si fuera un perro adiestrado camino hasta su amo y se acostó a sus pies.

Sun & Moon. [SukuFushi Week]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora