Día 7. Make me fall for you, Fushiguro Megumi!

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Gracias a todas las personitas que me acompañaron y apoyaron en esta semana ♥

Gracias por leer y espero que lo hayan disfrutado(=・ω・=)つ━☆・*♥

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Los humanos eran aburridos, siempre lo fueron y siempre lo serán. Eran débiles con grandes aires de superioridad, realmente los odiaba.

El día que conoció a Fushiguro Megumi algo realmente cambió en su pesar, desde que lo vio había quedado prendado a él, deseaba verlo crecer como hechicero, él era diferente, no sabía que había hecho, sin embargo, desde el primer instante en el que sus ojos se cruzaron había caído ante él. Junto a él podría crear el mundo que tanto deseaba ver, el mundo que había anhelado por tanto siglos. En cuanto tuvo la oportunidad se lo dijo, "¡Haz que me enamore de ti, Fushiguro Megumi!", al inicio lo dijo en el sentido de que quería que capturara su emoción de que le brindara un entretenimiento o una increible vista, pero el significado había cambiado a uno más emocional y el menor lo había logrado sin darse cuenta.

Realmente se impresionaba de ver su crecimiento, el que lograra hacer una expansión territorial se lo había comprobado, él era el definitivo, debía ser él la persona que tuviera a su lado el resto de su vida. Continúo observandolo, fijándose en cada detalle, en todo lo que mejoraba, en todo lo que podía mejorar.

Una noche en la que reinaba el silencio se presentó ante él, aprovechando que su recipiente tenía la guardia baja y dormía tan tranquilamente tomó el control y se adentró en el cuarto del menor. Su reacción fue extraña, ambos se veían con cuidado por si el otro hacía un movimiento peligroso, pero a pesar de ello fue una mirada tan llena de paz, sabían que ninguno quería lastimar al otro.

La conversación se extendió por horas, hablaban como si se conocieran de toda la vida, la maldición le explicaba cosas que creía conveniente que mejorara en su técnica, en como podría hacer más completa su expansión territorial, las fallas que tenía en los combates cuerpo a cuerpo. Lo veía y memorizaba sus movimientos con tanto cuidado que podía decirlas sin equivocarse. En algún punto hablaron de cosas triviales sin importancia, principalmente de cómo era la situación hacía 1000 años, el cómo eran las maldiciones y los hechiceros, en cosas que probablemente los hechiceros actuales no supieran.

Sin darse cuenta comenzó a amanecer, la maldición se retiró antes de perder el control de su cuerpo, antes de que pudiera atravesar el marco de la puerta el de negros cabellos lo detuvo, preguntándole si podía volver esa noche con la excusa de saber si corregía sus errores, el de marcas negras quería contestarle con la arrogancia que lo caracterizaba, hacerlo enojar un poco, pero le contestó con amabilidad, probablemente por la alegría que le dio que le preguntara por algo así. Abandonó el cuarto con vergüenza por ese comportamiento no típico de él.

Las noches transcurrían siempre de esa manera. Se reunían y conversaban, buscaban maneras para que el hechicero pudiera mejorar sus técnicas, aunque era más complicado al no poder corregir los errores en el momento en el que ocurrían y a pesar de que mejoraba lo hacía de una manera bastante lenta.

— ¿Por qué estás haciendo esto? —cuestionó con curiosidad, no había preguntado antes porque pensó que el de ojos rojizos lo hacía porque le molestaba verlo cometer tantos fallos, pero que estuviera yendo varios seguidos le hizo desechar esa teoría.

—Por entretención supongo. —respondió mientras se recostaba en la cama.

—No tiene sentido, ¿por qué sería entretenido hacer mejorar a un hechicero?

—Es porque eres tú, tienes un gran potencial que comenzaste a ver hasta hace poco, no había tenido la oportunidad de ver la mejora en un hechicero.

Sun & Moon. [SukuFushi Week]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora