II - Doppelganger

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Un fuerte golpe seguido de un aullido igualmente fuerte hizo que un hombre rubio se despertara de su sueño. Miró su reloj junto a la mesita de noche, las 7:30 AM, era una buena hora porque parecía que se había olvidado de poner la alarma pero por otra parte... ¿Acaso se metió un ladrón? ¿Se le olvidó de cerrar la puerta con llave?

El rubio sacó de su estuche el bate de madera que usaba para el béisbol, quienquiera que fuera, más vale prevenir que lamentar. Con cuidado de no hacer ningún ruido, abrió la puerta y salió a la sala de estar. Había una ligera luz que entraba por las grandes ventanas mientras el sol de la mañana se elevaba lentamente sobre el horizonte abarrotado de edificios de Tokio.

Desde su punto de vista, nada nuevo en la sala de estar... hasta que una figura se levantó del piso detrás del sofá, haciendo que el rubio gritara como si fuera la rubia tonta y caliente de esas malas películas de terror de bajo presupuesto que tanto le gustaba mirar con su hermano menor.

"¡WHOA! ¡OYE! ¡¿QUIÉN ERES TÚ?!" Hizo ver su bate para demostrar que hablaba en serio sobre la amenaza.

El hombre de cabello oscuro y ojos azules se giró para ver la fuente de todo el ruido solo para quedarse congelado en el lugar por la sorpresa. "Tú..." Murmuró. Era él, realmente era él.

El rubio tardó unos segundos en reconocer ese rostro, la poca luz no ayudaba mucho pero recordaba ese rostro.

"Oye, ¿no eres el nuevo maestro? ¿Cómo era... Giyuoka Tomi?" Bajó el bate, ya no se sentía amenazado, solo confundido.

"Tomioka Giyu..." corrigió, todavía boquiabierto ante el fantasma frente a él.

"S-sí, eso... eh... ¿qué estás haciendo en mi casa?" El rubio se rascó la nuca con nerviosismo. Esto era incómodo.

"¿Tu casa?" Salió del trance para echar un vistazo a su entorno. Esta no era su casa, ¿dónde estaban? ¿Qué era esa habitación tan extrañamente decorada? Paredes blancas con grandes ventanales del piso al techo, sin pisos de tatami, sin paneles de madera en lugar de paredes, muebles grandes y toscos, una gran pieza de vidrio oscuro en exhibición... ¿qué pasa con esta decoración de interior? Esto no tenía sentido.

"Sí... eh... ¿dejé la puerta abierta? No, espera, ¿cómo supiste mi dirección para empezar?" No había forma de que el nuevo profesor pudiera ser un acosador... ¿o si?

"No lo sé..." Murmuró mientras se abrazaba a sí mismo, se sentía tan alienado por el extraño entorno, no quería tocar nada y romperlo, todo  lo estaba estresando.

"Ya veo... ¿Y esa ropa?" El atuendo que llevaba el otro llamó su atención, no había visto nada así en las últimas tendencias de moda. Incluso tenía una katana, mejor estarse atento.

"Este es el uniforme de cazador de demonios, ¿no te acuerdas?" La pregunta del rubio lo desconcertó, ¿cómo podía olvidar su uniforme? ¿Y por qué estaba usando esa sencilla ropa occidental?

Bien Hecho, Tomioka - RenGiyuu - KNYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora