𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏𝟖

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Desperté y Adam no estaba en mi lado, tal vez se fue, encontré una carta en la mesita de luz.

Amor, gracias por dejarme quedar contigo, extrañaba tanto estar así, sólo nosotros dos.
Fui a mi casa a ducharme y arreglarme, hoy quiero que salgamos juntos, te amo.

-Adam.

Sonreí, nunca me imaginé estar en ésta situación, que mi novio me deje una carta, sonará cursi pero cuando estás con tu pareja despiertas enamorada.

Tomé una ducha y me arreglé para la cita con Adam, he tenido más citas con él pero aún me pongo nerviosa.

Me vestí con un unos pantalones de mezclilla, una playera negra de tirantes y una camisa de cuadros roja con negro, desde pequeña siempre me ha gustado la ropa con cuadros, tengo muchas camisas, pijamas, pero ese es otro tema.

Bajé las escaleras, pensé en desayunar pero quiero bajar de peso, Aaron dice que estoy engordando y tiene razón.

Salí de casa y esperé afuera a que Adam saliera de su casa.

-Hola linda- dijo cuando salió de su casa y caminó hacia mí.

-Hola- dije sonrojándome.

-Hoy nos divertiremos mucho- tomó mi mano y comenzamos a caminar.

...

Habíamos terminado de hacer todas esas cosas, fue un excelente día.

Íbamos de regreso a casa hasta que llegaron los idiotas que siempre nos molestan.

-Miren quiénes están está aquí, la tartamuda y el tonto guitarrista- dijo el chico, que por cierto ahora sabemos que se llama Christian.

-No la llames así idiota- dijo Adam, y tomó mi mano- Avanza rápido Vic- susurró.

-Esperen, queremos divertirnos- dijo otro de sus amigos.

-Agarren a la chica- dijo Christian, sus amigos me tomaron de los brazos.

-¡Suéltenla!- gritó Adam, trató de acercarse a mí pero Christian lo atrapó y junto a otro chico comenzaron a golpearlo.

-¡ADAM!- grité- ¡Déjenlo par de idiotas!- le di patada en el estómago a uno y al otro lo golpeé con mi codo en la cara.

-¿¡Tú también quieres!?- intenté acércame a Adam pero Christian aprovechó que Adam estaban en el suelo con pocas fuerzas y me golpeó.

-¡Ni se te ocurra volver a tocarla, imbécil!- agarró a Christian y lo golpeó.

-¡Ya basta!- grité, pero fue en vano, sentí un líquido en mi nariz, increíble, mi nariz comenzó a sangrar por el golpe.

Christian y los chicos se desconcentraron al escuchar una patrulla, tomé la mano de Adam y comenzamos a correr.

Lo llevé a mi casa para que su familia no lo vea.

-Sube a ni habitación- susurré al escuchar a Aaron en el comedor.

-¿A dónde fuiste niña?- escuché sus pasos.

𝑷𝒆𝒓𝒇𝒆𝒄𝒕𝒍𝒚 𝒊𝒎𝒑𝒆𝒓𝒇𝒆𝒄𝒕- 𝑨𝒅𝒂𝒎 𝑱𝒐𝒏𝒆𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora