Never Not (TAEKOOK)

Descubriéndote.

El rocío de la mañana caía sobre el cuerpo del chico de tez pálida, el cual estaba sentado  fumando un puro ya que no había podido pegar un ojo en toda la noche.  Su brazo aún dolía, y estaba demasiado preocupado por cuidar de los que en la cabaña se encontraban aún dormidos. 

***Yoongi era un Beta con un aspecto fuerte, sus brazos bien formados por el arduo trabajo en la aldea se notaban a simple vista, su abdomen marcado solo podía ser visible cuando éste nadaba desnudo por el río, cosa que hacía casi a diario; su cabello negro y sus ojos avellana hacían una perfecta armonía en su rostro bien dotado, sus pequeños dientes y sus marcadas encías hacían de él un chico deseado.  No podemos dejar en alto su notable caballerosidad y dinamismo; y ni hablar de su valentía a la hora de proteger a su gente y más a su amado Taehyung. Así era Yoongi, quién logró salvar a muchos omegas de los terribles agresores. Él había aprendido artes de pelea desde que era pequeño, y cuando llegó a la aldea con sólo 10 años, se preparó aún más, a sabiendas que necesitaba protegerse de los adversarios que se enfrentaría cuando tuviera oportunidad, y así lo ha hecho hasta el día de hoy.

Concentrado en sus pensamientos no logró visualizar que alguien se acercaba.

---Ten, ponte esto, te vas a resfriar si recibes el rocío de la mañana---Dijo Jimin extendiendo una manta por el cuerpo de Yoongi.

---Soy una persona muy fuerte, un simple rocío no me hará nada---dijo Yoongi regalándole una sonrisa socarrona.

---Que yo sepa no eres de metal---Dijo Jimin golpeando la cabeza del pálido repetidas veces en son de juego.  Yoongi tomó su mano y lo jaló hacia su rostro quedando a unos pocos centímetros de distancia. 

----No vuelvas a tocarme de esa manera, me entiendes??? ---Su voz resonó en los oídos del rubio, quien de inmediato soltó su agarre y agachó su cabeza.

---Lo lamento mucho Yoongi, realmente no pensé en las consecuencias de mis actos, te juro que mis manos están limpias a pesar del color rojo que tienen no es por suciedad eso te lo puedo asegurar, disculpame, yo.....yo no quería molestarte de esa manera.---Jimin dio la vuelta y sintió que sus lágrimas empezaron a recorrer su mejía, él había sido un tonto por pensar que Yoongi  aceptaría su compañía.  Cuando se iba alejando sintió como algo cálido se posó sobre sus hombros, con asombro vio que Yoongi le había extendido la manta que él le había llevado.

---Jimin, eres un tonto por pensar que no quiero que me toques por tus manos, no me agrada el contacto con las demás personas, lamento por hacerte pensar otra cosa, pero no tienes que desvalorarte de esa manera, mírate, eres un omega muy hermoso, y tu manos pueden sanar, no sé que te hicieron pero te aseguro que lo puedes olvidar, no quiero escucharte de nuevo decir eso. Además no soy esa clase de personas que juzgan a los demás por sus apariencias.

----Sufrí demasiado Yoongi, mi vida en el castillo de los Min era demasiado cruel, mi cuerpo era utilizado por los soldados a diario, me violaban, me escupían, me hacían las peores cosas que te puedas imaginar, perdía a mis hijos en el vientre, ya que no se desarrollaban correctamente por los maltratos que recibía. Pude tener entre mis brazos solamente a uno, mi pequeño Jang, tenía solamente 3 meses cuando un alfa ebrio entró a mis aposentos y comenzó a abusar de mí como era costumbre. Mi bebé comenzó a llorar porque tenía hambre, era la hora que  yo lo amamantaba, el maldito alfa tapó la boca de mi pequeño con tanta fuerza......-----Jimin se tiró al suelo con las manos en su rostro, recordar cómo había perdido a su pequeño a manos de un miserable, lo hacía más miserable aún, no podía contener sus lágrimas y lloró, lloró desconsoladamente deseaba con todas sus fuerzas que todo eso no hubiese pasado, deseaba con todo su ser que su pequeño estuviera de nuevo en sus brazos para poder tocar su pequeña carita, para poder darle su tetita y poder arrullarlo entre sus brazos, para poder plantar miles de besitos mimosos en su pancita, pero la realidad lo golpeaba a diario y por eso se sentía despreciable, sucio, indeseado y sobre todo desdichado.