Ɱօɾҽ էհąղ ƒɾìҽղժʂ ⇒ Mirio x T/N x Tamaki

Dos [☀️]

POV T/N
Después de la ceremonia volvimos todos a los salones. Aún estaba nerviosa pero todas las preocupaciones en mi mente se fueron cuando Tamaki se adelantó y me tomó de la mano para guiarme dentro del salón de clases hacia los puestos que había reservado para sus amigos.

—Mira, T/N. Aquí es donde siempre nos sentamos los tres... bueno, ahora los cuatro.—dijo mientras acomodaba su mochila bajo la silla.

—Oh, me gusta. La ubicación de los asientos es perfecta.—los tres grandes se sentaban juntos, formando una triangulación en los asientos que se ubicaban cerca de la parte trasera del salón (más no en la última fila) justo en el medio. A mi parecer era el lugar ideal, podía ver bien la pizarra pero también si quería podía comer a escondidas o tomar una discreta siesta sin estar a la vista del profesor.

—M-Me alegra que te guste.—sonrió un poco y sacó la silla del puesto que había reservado para mi y me ofreció sentarme. Me sentaría justo atrás de Tamaki.

Acomode mis cosas y tomé asiento. El estar a su lado de nuevo me hacía increíblemente feliz. Me recargue en la mesa un poco y comencé a acariciar el cabello de Tamaki. Noté como se puso un poco tenso, pero al pasar de los segundos su cuerpo se fue relajado de nuevo, jugaba con los mechones de su suave cabello entre mis dedos y recordé cuanto me gustaba hacer lo mismo cuando estudiábamos juntos.

—Tamaki.–lo llame en voz baja.

—¿s-si? Di-Dime T/N.

—Te extrañé.—mis ojos empezaron a llenarse de lágrimas, estaba demasiado feliz y mi pecho ardía. No entendía que estaba pasando, simplemente sentía gran calidez invadir mi cuerpo y lágrimas brotando.

—También yo.—respondió Tamaki.

En ese momento entraron al salón Mirio y Nejire. Se sentaron junto a nosotros, Nejire al lado de Tamaki y Mirio al lado mío.

—Hola.—dijo el rubio mientras se acomodaba en su lugar.

—Uhhh ho-hola—respondí en voz bajita y aparte la mirada. No quería que viera mi rostro pues me daba vergüenza que la gente me viera llorar aún si era de alegría.

—Oye, estas bien. Pareciera que tus ojos están llorosos.– el rubio se acercó aún más a mi.

—Estoy bien, es solo que...

Sin avisarme levantó mi rostro suavemente con su mano forzándome a mirarlo. Sus ojos azules brillaban de una forma hermosa.

—Esas lágrimas, no son de tristeza al parecer.—limpio con su pulgar la pequeña lágrima que se me había escapado.—Pero oye, por qué no mejor en vez de llorar intentas sonreír. Apuesto a que te verías más hermosa si lo haces así.—él sonrió. ¡Maldición! era tan... deslumbrante. Había escuchado por parte de Tamaki que el brillo de Mirio era impresionante, casi como el sol. Pero solo hasta ese momento pude verlo con mis propios ojos.

—Umm ohhh.—no podía decir nada. Las palabras no me salían.

—Inténtalo, deja  esas lágrimas para otra ocasión.

Me sonroje al escucharlo de nuevo. Así que lo hice, le devolví una sonrisa.

—¡Claro!

—¡Qué des-deslumbrante!—dijo Tamaki, quien había volteado a ver lo que estábamos haciendo.

—Uhh parece que T/N y Mirio se están llevando bien.—comentó Nejire.

—Claro que si.—respondió Mirio—si ella es amiga de Tamaki, entonces es mi amiga ahora también.—me miró fijamente.