Prólogo.

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...

Las noches se sentían frías y solitarias, no me malentiendan ser solitaria es lo mio, siempre ha sido lo mio.

Pero últimamente en otoño siempre me sentía así, más sola de lo normal.

Me levanté de la cama para dirigirme al balcón del penthouse, la vista era increíble, no importaba en que época del año estuviera, siempre ver Seattle desde lo alto era maravilloso.

Me daba paz, me sentía la dueña del mundo.

Volví al cuarto y medité un poco, siempre es bueno relajarse antes de dormir, más aún cuando haces lo que yo hago.

Matar hijos de puta.

Así es, me presento soy Kya Price y mato a todo ser humano que destruya la vida de personas inocentes.

-Violadores

-Asesinos

-Corruptos

-Maltratadores

Y un sin fin de personas a las que yo denomino "hijos de puta".

Era solo yo, nadie más lo sabía, mis padres jamás podrían vivir sabiendo que tienen a una asesina como hija.

- ¿por qué comencé esto?.

Hace dos años un hijo de puta violo y asesinó a mi hermana, tenía tan solo 18 años y una vida por delante, aún dolía recordarla, desde que ella se fue de este mundo contra su voluntad, ya nada era lo mismo.

La justicia nunca hizo nada, nunca encontraron al hijo de puta.

Pero yo si.

Ese hijo de puta me arrebató a mi hermana, desde ese día juré matarlo.

Lo busque por cada maldito rincón del mundo, cuando lo encontré, lo apuñale tantas veces que no recuerdo cuantos agujeros tenia en el abdomen.

Al matarlo ya no había vuelta atrás, ese día mi vida cambió completamente.

Matarlo fue satisfactorio, merecía morir al igual que los 582 hijos de puta que he matado hasta ahora. La mayoría sin familia, alcohólicos o drogadictos por lo tanto nadie reclamaba la perdida. Pero si lo hacían, sabía como esconderme, estoy consciente de que matar es grave pero estos hijos de puta merecen morir.

Estudié Criminalistica en la universidad, ¿irónico no?, ya estaba familiarizada con los cadáveres y sabía perfectamente que hacer para borrar del mapa a uno, alcancé a ejercer y trabajar en esta área, antes de lo sucedido.

Actualmente vivo en el penthouse que me dio mi padre Alfred Price, el cual es médico, y mi madre Leanne Price, abogada, ambos muy prestigiosos según lo poco que sé, me mantenía alejada de ellos para no involucrarlos en la mierda que estaba metida, los amo, son buenos padres, nunca me pedían explicaciones o información de lo que hacía con mi vida y lo agradecía, sin preguntarle, mi padre me daba dinero de vez en cuando, le dije que no era necesario pero insistió.

Si es verdad que a veces me llamaban numeros desconocidos ofreciendome dinero por matar hijos de puta, accedía sin dudarlo, una suma baja de dinero no era.

Ya estaba Inmersa en este estilo de vida.

Todos los días prácticaba en una de las habitaciones del penthouses, que amoldé yo misma con instrumentos de pelea, tiro al blanco, armas ilegales y todo lo que se necesita para matar a estos desgraciados.

Con el tiempo me volví una experta en lo que hacía, insuperable.

Con tan solo mis manos podía matar en un segundo a alguién.

Peligrosa, temible, indomable.

Esa soy yo.

Asesina de hijos de puta. 

Mi Gusto CulposoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora