Lago

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Luego del ataque de Shibuya, Sukuna había notado un aura alerta alrededor de los hechiceros, aunque aún tuvieran al mocoso de los 6 ojos parecía que algo había cambiado un poco en el ambiente, aunque no le sorprendía.

La chica del martillo había perdido un ojo y ganado una cicatriz al rededor de lo que quedaba de este por el toque de Mahito.

El niño del discurso maldito perdió un brazo, su compañero gorila perdió una mano y la Zenin de lentes tenía cicatrices de quemaduras en la mitad de la cara.

Y aún así después de todo eso los podías ver en un picnic en las orillas de un lago, cercano a su cede, disfrutando del día.

Casi todos estaban metidos en el lago, aún que sean sus pies solamente, exceptuando su vasija, Yūji Itadori.

Su recipiente tenía en su mano, lo que había aprendido era un teléfono, apuntando hacia sus amigos y luego a él con ellos de fondo en repetidas ocasiones hasta que lo vio precionar un botón rojo y apuntar solamente hacia sus amigos por un buen rato.

Con curiosidad apareció su boca en la parte inferior del ojo izquierdo.

-¿Por qué haces esto?- pregunto con supuesto aburrimiento para esconder su curiosidad, sintió el ojo del chico moverse hacia su dirección y una pequeña sonrisa aparecer.

-Luego de Shibuya no me queda mucho tiempo hasta que me ejecuten, quiero dejarles algo para que me recuerden...-dijo volviendo a ver a sus amigos divertirse, Panda saludando en su dirección y el correspondió.

-¿No es para eso que tienen cerebro?-Pregunto algo extrañado, ¿para que querían un cerebro y memoria si no lo usaban a menudo?

-No es lo mismo, luego de un tiempo olvidas muchos detalles y esa memoria se vuelve difusa, por eso estoy grabando, quiero que les quede una memoria inmortal mía-Dijo con melancolía, la maldición también noto que su voz se había quebrado un poco.

Suspiro para si y lo pensó un poco, luego se encogió de hombros, el era Sukuna Ryomen como si le llegará a importar que pensaran de el.

-Mocoso, aplaude con energía maldita.- Ordenó firme, Itadori extrañado simplemente acato la orden dudoso de lo que quería la maldición.

Luego de aplaudir, sintió una leve presencia detrás de él, cuando quiso ver que era, unos brazos con líneas negras le rodearon por la cintura sobresaltandolo.

-¿S-Sukuna?-Pregunto asustado pero sin la fuerza como para hacer algo al respecto.

-Solo callate y disfruta mi buen humor.-Dijo apoyando su frente en la unión del hombro y cuello del menor, el cual poco a poco se fue relajando al ver que la maldición no haría nada.

Recostó su espalda en el pecho contrario y tiro su cabeza a un lado de la otra, rosando sutilmente sus orejas y mechones de pelo.

Estar de esa forma le hizo olvidar momentáneamente su malestar por su próxima muerte y se durmió con una leve sonrisa como en mucho tiempo no pudo hacer.

Yūji en ningún momento noto como sus amigos los veían de forma incrédula, pero no se acercaban por la forma amenazante que Sukuna los estaba mirando.

Yūji en ningún momento noto como sus amigos los veían de forma incrédula, pero no se acercaban por la forma amenazante que Sukuna los estaba mirando

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~524 palabras~

~18:50 P.M~
~24/04/21~

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