Vecinos

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Yūji Itadori vivía en una casa compartida con 3 amigos más, con los cuales estaba jugando a un partido de dos contra dos en el patio trasero de la casa.

Nobara, que era parte de su equipo, estaba cerca de la portería de juguete haciéndole señas para que le pasará la pelota y marcar un gol.

Itadori asintió y esquivo a Satoru para patear con más fuerza de la requerida a la pelota.

–¡Yūji, te toca ir a buscarla otra vez!–Dijo Megumi negando con los brazos cruzados, era la décima vez que mandaba a volar a la pelota.

–Idiota–

Aunque esta vez se diferencio de las nueve veces anteriores, había caído en la casa del nuevo vecino que se mudó hace dos semanas y aún no tenían la oportunidad de verlo.

–Parece que conocerás primero al nuevo–dijo Satoru con una gran sonrisa yendo a tomar un vaso de agua.

Itadori vio un rato por donde cayó la pelota y suspiro nervioso, sin más remedio salió por una puerta que daba directamente a la calle, cruzo el jardín y fue hasta la puerta de color azul oscuro.

Volvió a suspirar y contó hasta tres mentalmente para tocar el timbre, espero 5 minutos y la puerta fue repentinamente abierta por un chico.

Se quedó mirando al chico musculoso, era muy parecido a él, tal vez por el pelo rosa más pálido, que había abierto la puerta con unos pantalones cortos blancos y negros, estaba lleno de tatuajes y tenía un par de piercing aquí y allá además de que parecía un poco adormilado.

Se sonrojo un poco bajo la atenta y divertida mirada carmín que estaba encantada con la atención que atraía su cuerpo.

–¿Puedo hacer algo por ti?–Pregunto apoyándose en el marco de la puerta con los brazos cruzados y una sonrisa que demostraba su diversión.

–Eh... Yo... Bueno... Soy tu vecino... Y em...pues estábamos jugando a la pelota y se nos fue a tu patio por accidente, ¿Crees poder devolverme la? –dijo rápidamente la última parte mirando un punto entre el chico y la puerta sin poder hacer contacto visual.

–¿Huh?, Claro, espera un minuto– dijo dándose la vuelta yendo a buscar la pelota, a medio camino soltó una risita, su nuevo vecino era adorable.

Ya con la pelota en mano volvió a la puerta de entrada, que no había cerrado, viendo a su vecino ver su casa con curiosidad.

–Soy Sukuna Ryomen–Se presentó tendiéndole la pelota la cual fue recibida con una sonrisa agradecida.

–I-Itadori Yūji, un gusto– dijo nervioso pero sin soltar su sonrisa, el más alto lo vio y su pensamiento se reforzó, el vecino era un sol adorable. –Y perdón por molestarte...

–No hay problema, si necesitas algo dímelo– dijo guiñándole el ojo con coquetería y consiguió un sonrojo más grande en respuesta.

–I-igualmente, ¡gracias!–Con una última inclinación de cabeza como agradecimiento extra se fue nuevamente al patio de su casa con un sonrojo hasta el cuello que fue cuestionado inmediatamente por sus amigos.

–Me agrada.–Dijo y volvió a su cuarto que daba casualmente vista a los dos patios donde pudo ver a otras 3 personas rodear al apenado chico de la pelota, dejando su curiosidad de lado se tiro a su cama y siguió con su siesta de la tarde pensando en su nuevo vecino.

–Dijo y volvió a su cuarto que daba casualmente vista a los dos patios donde pudo ver a otras 3 personas rodear al apenado chico de la pelota, dejando su curiosidad de lado se tiro a su cama y siguió con su siesta de la tarde pensando en su nuevo ...

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~559 palabras~

~1:40 a.m~
~26/04/21~

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