❂ Sukuita Moments ❂

Baño

Yūji había tenido un día tedioso de entrenamiento con Gojō-Sensei, había consistido en luchar contra una maldición de 2° grado en un bosque y había quedado bañado en barro y hojas, todo hecho un desastre de mugre.

Y ahora que habían vuelto a la casa de Satoru solo quería tomar un largo y relajante baño en la gran bañera que tenía en su habitación.

Se despidió de su maestro con una sonrisa luego de que lo felicito, con un orgullo poco disimulado que lo hizo estallar de felicidad, por no resultar lastimado luego del encuentro.

Cuando llegó al dormitorio se sacó la ropa y la dejo en el cesto de la ropa sucia para lavarlo después, estando solo en boxer fue hacia el baño y empezó a tirar unas sales que le había regalado Kugisaki en su momento, que por suerte pudo recuperar a través de Gojō.

Abrió el agua caliente y lleno tres cuartos con agua (3/4), busco unos aceites esenciales de flores aromáticas y los dejo a la mano para cuando terminara de bañarse.

Sin más se fue sumergiendo en el agua caliente que soltaba un agradable vapor y soltó un suspiro de alivio cuando se tapó por completo a excepción de la cabeza.

Se recostó en un borde de la bañera y se quedó un rato ahí con los ojos cerrados disfrutando del silencio.

–Sabes estos aceites huelen bastante bien–dijo una voz que por desgracia conocía tan bien, exasperado se sumergió totalmente en el agua y raspo su cabello para que la tierra se quitará y pudiera lavarlo correctamente.

Cuando volvió a la superficie dio un salto del susto al ver a la maldición ahí, aunque había una diferencia, está tenía 4 brazos y era mucho más grande.

–No me ignores, mocoso– dijo con una sonrisa flotando en el aire con par de brazos cruzados y los otros detrás de la cabeza.

–¿¡Como es que estás aquí!?– Exclamó asustado, eso era nuevo y aterrador, internamente suspiro exasperado, ya ni un baño relajante se podía dar en paz.

–Hmm... En realidad no lo hago, simplemente uso un poco de energía maldita para proyectarme fuera de tu cuerpo, pero no puedo tocar nada, ni tampoco me pueden ver además de ti.– Dijo con aburrimiento cambiando a una posición de costado, Yūji lo miro receloso y se sumergió un poco más en el agua, agradecido de que la espuma tapara sus partes, aunque no es como que Sukuna no las haya visto ya.

–¿Y puedo saber por qué lo hiciste en este momento?– Dijo irritado mirando seriamente a la maldición que aún tenía la maldita sonrisa cínica que le crispava los nervios.

–¿Para que más, si no es para molestarte?– dijo apareciendo de repente frente a su rostro, Itadori por impulso alejo su cara y la maldición se rió de el.

Yūji frustrado volvió a hundirse por completo, si no lo veía podía hacer como que no estaba.

La maldición aburrida de ser ignorada se le ocurrió una idea y desapareció.

Salió nuevamente a la superficie al no sentir al Rey de 4 brazos y decidió salir de su supuesto baño relajante para ya ir a dormir.

Con una toalla en la cintura busco su ropa, y no encontró nada.

Bien. Su ropa completa no estaba. ¿Que acaba de pasar?

–Eso te pasa por ser un mal anfitrión– dijo una voz en su cabeza y dejó caer su cara en sus manos al entender su falta de ropa. Empezó a escuchar pequeñas risas y sonrió enojado, en definitiva le encantaba reírse de sus desgracias, y más si él era el causante.

Juraba que un día de estos lograría meterle un puñetazo en la cara al bastardo.

Por ahora se conformaba en ir a pedirle ropa a su sensei, gracias a la broma de Ryomen, el gran y maduro rey de las maldiciones que no puede ser ignorado a favor de un baño.

–No, espero hayas aprendido la lección–

–Idiota–

~662 palabras~
~12/05/21~
~22:08 p.m~

Se me ocurrió a un Sukuna que le encanta joder a Yūji en cualquier momento, desafortunadamente para el fue en su intento de baño relajante.

Espero hayan disfrutado de eso, no sé cómo está historia está por llegar a los 1k de leídas, ¡Gracias por leer!

Toma un 🍜 como agradecimiento.