06 | Debajo de la lluvia quisiera ver si tenemos la misma temperatura

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—Tengo que contarte algo.

—Mientras no sea que te contagiaste de alguna enfermedad y que haya que vender todo para salvarte, entonces sí, dímelo.

—¡Samu!

Lleva algo más de media hora intentando encontrar el momento oportuno para contarle a Osamu lo que ha sucedido.

Y no, no es que sea una nena temerosa y penosa luego de las cosas que hace para retener esos cúmulos de ansiedad por días como si estuviese en su periodo.

Y no, tampoco es que Osamu sea algo así como su caja de secretos, pañuelos o el tacho de basura en el que puede desechar libremente las cosas que son menores y no tienen importancia.

Aunque lo de ahora sí que tiene importancia porque desde hace días que no puede ni dormir bien.

—Es Sakusa Kiyoomi, ¿no? —Miya deja salir un gemido cargado de asombro e incredulidad. ¿Pero cómo es que...? —. ¿Enserio atiné? —y aunque quiere decirle que es un brujo o algo por el estilo, las ganas se le van cuando ve a su gemelo echarse a reír como si el asunto le diese gracia—. Oye, no me veas así, tú mismo me lo dijiste.

—¿Qué? No te he dicho nad-... —cortando su queja ahora que Samu hace con su mano una seña de que lo espere, lo ve buscar algo en su teléfono con rapidez, mostrándoselo al cabo de unos segundos de haberlo encontrado.

Y a Atsumu se le colorean las mejillas de la vergüenza tan pronto Osamu baja con su dedo todo su feed de instagram con sus fotografías recientes. La mayoría de ellas son fotografías de él con Kiyoomi haciendo alguna tontería o simplemente son fotos que él le ha tomado al rematador de manera infraganti junto a alguna leyenda textual de alguna canción que le guste mucho o algún chiste malo.

—¿No quieres ya admitirlo de manera pública? —y aunque está avergonzado por entender la connotación con la que Osamu le dice las cosas, no puede estresarse solo porque, para su hermano, las cosas parecen ser algo que no son.

Aunque, Dios, ¿a quién quiere engañar?

Si para él tampoco significaran nada, no sentiría las mejillas calientes por sentirse expuesto. O quizá simplemente, ahora que Osamu le ha mostrado las fotografías de su propio instagram, recién se ha dado cuenta de todo el tiempo que pasa con Kiyoomi y de la razón de tener lleno su feed de él.

Sí, bueno, escucharlo de Osamu, siendo que es su gemelo y debe ser la persona que más lo entiende, debería ser porque es cierto pero...

—¿No me vas a decir nada?

¿Algo como qué?

Atsumu ya ni siquiera está seguro de seguir esculcando dentro de su mente y su corazón en estos momentos.

Osamu, desde luego, es un poco parecido a él.

Solo un poco.

Y en cualquier otra situación en la que sus gestos no demostraran que el tema es realmente serio, estaría burlándose de él. Estaría haciendo bromas absurdas y pesadas como siempre hace —o hacía— cada que el armador le contaba acerca de sus ligues y sus acostones.

Porque nada de eso era en serio para él.

Nada hasta Kiyoomi.

—Tsumu —Cierra los ojos, contando hasta diez. ¿Enserio es tan difícil ahora hablar con él? Ni siquiera le ha dicho nada pero parece, a través de su expresión y su lenguaje corporal, que le ha dicho todo—. ¿Te gusta Sakusa Kiyoomi?

Ahí está.

La pregunta incontestable.

La pregunta desastrosa.

Tatemae 【Haikyuu-SakuAtsu】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora