Fiesta II

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-¡Idiota!- Me insulta tras unos minutos.

-Gracias, me encantan tus piropos.- Respondo sarcástico.

Ella se coloca de rodillas en frente mía y me mira para a continuación negar.

-No tenías que haber ido a tocar las narices.- Se levanta y me agarra del brazo para darme un tirón y me levanto del suelo.

Ella agarra mi muñeca hasta que llegamos a su casa.

-Ve a mi habitación.- Murmura-. No hagas ruido.

Asiento y ella entra en el baño. Al poco la puerta de la habitación se abre y entra ella ya con el pijama puesto y un botiquín en la mano.

-No hace falta que me cures las heridas.

-Repito que eres un estúpido.

Se sienta a mi lado y comienza a desinfectarme las heridas. Cuando acercó el algodón con alcohol a la herida de mi labio hice una mueca.

-Lo siento.- Retira el algodón, lo tira en la basura y se va a dejar el botiquín.

-¿Quién era el chico con el que estabas al principio de la fiesta?- Pregunto cuando vuelve a entrar en la habitación.

-No te importa.

-¿Es tu novio?

-No es nadie.- Responde nerviosa y se sienta en la silla.

Suspiro y me levanto para irme.

-Adiós.

Iba a salir de la habitación pero ella me agarra del brazo.

-¿Puedes quedarte a dormir?- Se puso roja como un tomate.

Yo sonrío inconscientemente y asiento.

-Gracias...- Murmura.

Ella deshace la cama y se sienta, yo me descalzo para luego sentarme a su lado. Ella se tumba.

-Apaga la luz, por favor.- Pide.

Yo me acuesto y apago la luz.

Narra Nydia

Si Luke se quedaba conmigo me sentía más protegida.

(Flashback)

-Nydia, esto no es un juego.- Grita Roland y me arrincona contra un árbol para que no pueda escabullirme como otras veces.

-Te preocupas demasiado.- Protesto.

-Normal.- Suspira-. Sabes que le tienes que devolver el dinero y si no lo recibe de una forma, lo recibirá de otra.

-Eso ya lo se.

-Acepta mi ayuda de una vez.

-No necesito tu ayuda.- Intento soltarme de su agarre.

-Eres imposible.- Vuelve a suspirar. Deja un beso en mi frente y se va.

(Fin del flashback)

***

Me despierto y él aun está durmiendo. Me levanto con cuidado de no hacer ruido y cuando miro mi móvil veo que tengo 10 llamadas perdidas de Roland, un escalofrío recorre mi cuerpo.

Salgo a la terraza y lo llamo.

-¿Qué horas son estas de llamar?- Se queja cuando contesta.

-Lo mismo te podría decir yo a ti.- Contrataco y él ríe-. ¿Qué querías?

-He vuelto a renegociar con él y me ha dicho que solo te da una semana más.- Hay un pequeño silencio-. ¿Crees que vas a conseguir reunir el dinero?

-Eso espero.- Suspiro-. Adiós.- Cuelgo.

Polos Opuestos (Luke Hemmings)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora