Capítulo 1

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Stiles entró en el instituto sin mirar a nadie, en los dos años que llevaba en ese instituto de Santa Bárbara no había hecho ningún amigo. Desde que tuvieron que irse de su pueblo, por los problemas que Stiles tuvo con sus antiguos compañeros, su vida había mejorado un poco pero no mucho, ahora nadie lo acosaba, pero a su vez no tenía amigos. Stiles se sentó en primera fila mientras miraba a la pizarra, alegrándose de que la voz de su cabeza no hubiera vuelto. Suspiró mientras atendía a lo que el profesor le explicaba a todos. La voz que martilleaba la cabeza de Stiles había estado con él mucho tiempo, prácticamente desde que nació, era una voz suave, grave y con un toque de maldad que conseguía que la piel de Stiles se pusiera de gallina.

- No soy una voz de tu cabeza.- Susurró la voz de su cabeza consiguiendo que se tensara en su sitio.- Esta noche te espero en Old Mission.- Stiles se levantó saliendo del aula mientras respiraba aceleradamente.

Stiles se apoyó en una pared mientras intentaba relajar su respiración. Eso solo eran invenciones de su cerebro, pero cada año se escuchaban más real. Stiles desistió de ir a clase y se paseó por los pasillos hasta la zona de picnic del centro. Se sentó y sacó su teléfono mirando los antiguos contactos de sus amigos, no se atrevía a borrarlos, aunque se habían portado muy mal con él no se veía capaz de borrar ese trocito de su pasado. Suspiró cansado mientras negaba, volvió a clase mostrándose un poco más taciturno de lo normal. Stiles no pudo prestar atención a las clases, no con la orden que le había dado esa voz aun rondando en su cabeza.

La noche llego rápida consiguiendo que Stiles temblara ante cualquier ruido fuerte, su padre lo miró preocupado mientras se ponía la chaqueta de su uniforme acercándose a este y dejando un beso en la cabeza del chico, que al sentir a su padre se relajó sintiéndose protegido. Noah cogió su pistola y salió de casa dejando a Stiles solo en la cocina de nuevo. Stiles miró su teléfono intentando decidir si debía ir al lugar que la voz de su cabeza le había dicho. Lo había buscado muchas veces, solo estaba a diez minutos de su casa.

Stiles negó con suavidad antes de dirigirse a su habitación. Algo impidió que entrara en su cuarto, su pulso se aceleró así que cerró los ojos y se dio la vuelta caminando hacia la puerta. Se puso las deportivas y la chaqueta antes de coger las llaves de casa y salir a un paso rápido. Se puso la capucha mientras se recordaba lo idiota que estaba siendo, pero Stiles caminó hasta esa iglesias, quería saber que era eso que la voz de su cabeza quería enseñarle.

Como creyó tardó diez minutos en llegar, encontrándose la puerta abierta así que entró encontrándose una capilla a oscuras. Dio pasos suaves y muy lento, no quería ser descubierto por nadie. El suave palpitar en su cabeza volvió y su mirada se dirigió a una de las puertas, así que se dirigió allí encontrándose una escalera a un sótano. Respiró hondo mirando sobre su hombre donde el crucifijo con Jesús estaba.

- Dame suerte.- Susurró antes de mirar hacia la oscuridad que se veía abajo para comenzar a bajar a paso lento.

Notó la temperatura hacerse fría por momentos, él tembló ligeramente quitándose la capucha y deteniéndose en los pies de la escalera, había llegado a otra especie de capilla, más rudimentaria que la de arriba, todo estaba viejo y oxidado, lleno de polvo y mugre. Pero lo que le hizo retener el aliento fue la estatua que había enfrente de él, era un hombre de apariencia joven encadenando a la pared, este se mostraba sentado en sus gemelos con la cabeza mirando hacia el suelo y los brazos extendidos hacia atrás. Stiles quedó sorprendido por el detalle de esta, a pesar de que la oscuridad no le permitía ver mucho. Sacó su teléfono encendiendo la linterna dándose cuenta que no era una estatua. El hombre levantó la cabeza mirando con unos ojos que brillaron naranjas mientras que Stiles comenzó a respirar de forma errática totalmente aterrado ante la imagen que tenía delante.

Coniunctum (Voiles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora