Día 3: Mascotas

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Pasaba poco luego de medio día, Fargan llegó bastante cansado al edificio de apartamentos en el que vivía, gracias al cielo que los sábados trabajaba solo media jornada. Por inercia revisó su teléfono viendo 50 mensajes no leídos... del grupo de vecinos. No planeaba leer como la señora Gómez se quejaba de que dejaban la luz encendida del pasillo, o como Don Gerardo reclamaba que alguien robó su periódico... señor dejaron de repartírselo hace 6 meses ¡nadie lo está robando! No le interesaba hasta que en la miniatura vio una imagen de una iguana con un suéter tejido ¿Qué rayos?

Por mórbida curiosidad abrió el chat, ahí estaba la foto "Este es Jimmy por favor si alguien lo ve avíseme ¡no importa la hora!" deslizó un poco más la conversación para darse cuenta de que la discordia se había ocasionado porque algún rarito del edificio había perdido una iguana.

"Buenos días vecinos, lamento molestarlos, pero esta mañana no encontré a mi iguana Jimmy en mi apartamento, tal vez se metió entre los ductos de ventilación. No se preocupen, es muy manso y no muerde, agradecería si pudieran estar atentos por si aparece en algún pasillo"

Y luego de eso comenzaba una discusión sobre si era buena idea o no que permitieran mascotas en los apartamentos. No sé dio cuenta de quien era el preocupado dueño del tal Jimmy, probablemente era el pelirrojo del 2B, o quizás la chica extraña del 5A.

—¿Quién se anima a tener una iguana? —dijo mientras subía las escaleras sin despegar su vista del móvil

—Lo sé, no es una mascota muy común, pero juro que es muy buen compañero —Respondió una voz a su derecha. No se había dado cuenta de que había dicho aquello en voz alta, ni de que allí estaba su guapísimo vecino del 3C.

—¿Tú eres el dueño de la iguana? —preguntó bastante sorprendido, eso no lo veía venir

—Sí, por eso estoy pegando estos —respondió el chico señalando los volantes que tenía en su mano

—Wow no pierdes el tiempo —dijo Fargan con una leve risa

—Si bueno él es delicado y me preocupa no encontrarlo antes del anochecer, ya sabes es de sangre fría y eso

—¿Por eso le tejes suéteres? —El chico rio ante el comentario. Si antes le parecía atractivo ahora le parecía el ser más hermoso del universo.

—Se los teje mi madre, pero sí algo así —respondió sonriendo —Por cierto, soy Alejandro —añadió extendiendo su mano

—David, pero dime Fargan, todos me dicen así —estrechó su mano con un poco más de nervios de los que le hubiera gustado

—Bueno dime Alexby entonces. Así me dicen mis amigos, bueno si es que les puedo llamar amigos a estos desgraciados —dijo de mala gana viendo su celular, aunque a Fargan le causó gracia —Lo siento es que les dije desde la mañana si podrían venir a ayudarme a buscar a Jimmy y ninguno ha contestado

—Si quieres puedo ayudarte, no tengo nada en particular para hoy

—¿Seguro? No me gustaría abusar —No estaba seguro, pero por unos segundos juraría que vio algo de rojo en las mejillas de Alexby. Oh como podría Fargan explicarle a su vecino que si por él fuera pasaría todos los días junto a él

—Bah no abusas, solo iré a dejar mis cosas al apartamento y revisar si... ¡Tortillo! —subió las escaleras corriendo bastante preocupado. Alex no sabía si era mejor seguirlo o pretender que no vio nada. Al final ganó la primera opción, no sabía bien cuál era el apartamento de Fargan pero supuso que era el que tenía la puerta abierta

—Madre mía Tortillo el susto que me llevé por un momento —decía hablando con el búho que tenía en el brazo. Alejandro lo veía sorprendido desde el pasillo

Fargexby Week One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora