𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 23

565 59 0
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.





Se detuvieron frente a un gran y lujoso edificio.
Hongjoong bajó primero y le abrió la puerta a su omega extendiendo su mano para que la tomara.
Mingi con un sonrojo en sus mejillas entrelazó sus dedos con los del alfa.
El auto se marchó en cuánto bajaron.
Un guardia de seguridad les abrió la puerta con una sonrisa plasmada en su rostro.
Entraron a la lujosa y espaciosa recepción viendo todo con curiosidad.
 
-Es bonito.
 
Hongjoong miró a su omega con una sonrisa ante ese comentario. Se siente feliz de que le esté gustando.
 
Entraron al ascensor en donde el peligris marcó el cuarto y último piso, Mingi entendía mas o menos por donde va el asunto y no puede evitar sentir miles de emociones incluso hasta un poco de nervios a decir verdad.
Le da una mirada al peligris para luego acercarse a él y abrazarlo, enrolla sus brazos alrededor de los hombros contrarios y esconde su rostro en el cuello de Hongjoong inhalando su delicioso aroma para calmar un poco su corazón.

Kim no puede evitar sonreír mostrando sus dientes. Abraza el cuerpo delgado de su chico y deja un beso en ese cuello blanquecino.
El ascensor se detiene y la pareja sale para comenzar a caminar por un extenso pasillo.
El piso es cubierto por una alfombra color vino, las paredes son blancas y sobre ellas cuelgan hermosos cuadros de arte abstracto dándole un toque de elegancia.
Para Mingi aquello es realmente hermoso.
Se detienen frente a una gran puerta de color gris. Kim saca la tarjeta de su bolsillo trasero y la introduce en la entrada para luego escribir la clave provocando que la puerta se abriera.
 
-Después de ti cariño.
 
Mingi asintió con las mejillas calientes, entró al lugar caminando despacio y retiró sus zapatos pero en cuánto alzó su vista se sorprendió.
 

¡Dios mío!

Caminó rápidamente atravesando la sala sin ni tan siquiera detenerse a mirarla con detalle hasta quedar frente a esa gran pared de vidrio.
 
Sus ojos tomaron un brillo hermoso al ver toda la ciudad frente sus ojos. Es tan precioso por que siente que tiene el mundo a sus pies.
 
-Es increíble.
 
Las paredes de la sala son una combinación de vidrio y cemento dándole ese toque de elegancia.
En el techo justo en el centro hay una lámpara con unos adornos colgantes.
Luego está la isla y luego la cocina que es bastante moderna a un costado de la entrada se encuentran unas escaleras que dan al segundo piso.
 
Mingi se pierde en la vista de la ciudad sintiendo una extraña sensación en su pecho.
Siente unos brazos envolver su cintura y ese cálido cuerpo que lo ha acompañado por años.
Hongjoong apoya su mejilla derecha en la espalda del omega tomando una profunda respiración.
 
-¿Te gusta?

Mingi no puede responder de forma inmediata, siente que va a llorar en cualquier momento a causa de todas sus emociones y sentimientos.
 
-Es hermoso Hongjoong
 
Limpió algunas lágrimas que se deslizaron por sus mejillas y cubrió las manos del peligris con las suyas.
 
-Será nuestro nuevo hogar si así lo deseas.

Mingi se volteó y apoyó sus manos en los hombros de su novio sin poder creerlo.
Lo mira a los ojos y sonríe enseñando sus dientes. Ambos labios se encontraron en un tacto necesitado y lleno de un profundo deseo, sus lenguas se encontraron abrazándose entre ellas con toques húmedos y ruidosos.
Las sensaciones que sienten ahora no las pueden describir a la perfección.
Nunca se imaginaron estar aquí. Cumpliendo uno de sus mayores deseos, pareciera como si fuese ayer cuando decidieron vivir juntos en un pequeño departamento apenas para los dos pero ahora están logrando tener uno grande y propio.
Pero lo que sabe su lobo es que le pertenece a Hongjoong en cuerpo y alma.
Por que desde que tenía 10 años supo que Kim era su destinado.
Sus lobos se conectan de una manera única que nadie jamás podría experimentar y está dispuesto a vivir esto por todo el resto de su vida.

Omega Distinto (Hongmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora