-"...Y ojalá los dioses sean piadosos contigo, hijo mío, que te dejen seguir tu camino hasta la nueva vida y te den la fuerza para no regresar..."
Louis no tenía ni idea de que la piedad vendría en forma de un ángel de rizos y ojos verdes con toda u...
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Harry se sentía extraño y egoísta.
Dos días habían pasado luego de que él saliera de su sueño "eterno", había visto a su Louis, tuvo sus besos y ambos lloraron juntos al darse cuenta lo que venía pronto y crecía en su vientre. Estaba feliz, dioses claro que sí, pero había algo, una sensación que Harry no podía explicar y le estaba comiendo el corazón. Todos seguían su camino y él no podía salir de su estancamiento.
Su Louis le aseguro que era normal, que estaba aún muy impactado por todo lo sucedido y se estaba dando un tiempo de pausa, sin hacer nada más que recostarse en su cama y comer, comer y comer más. Amaba a su hombre y adoraba su preocupación, pero se enloquecían juntos, cada día un poco más. Louis se sentía culpable y le llevaba alimentos a la cama todo el rato, Harry no sabía que hacer y las náuseas eran tan feas, no quería comer solo para no vomitarlo y el ojiazul no aceptaba eso, seguía y seguiría llevándole comida hasta dar con alguna que no le revuelva el estómago.
Solo quería dormir y no sentir, no pensar y en especial, no hablar.
No quería hacerlo, no quería llegar al tema de Jasper y recordarlo como el tema pendiente que era. Quería que este muerto así poder olvidarlo y despreocuparse. Iba a tener un bebé, creía, no quería que llegue al mundo a compartirlo con un tipo dañino como él. Era demasiado peligroso.
Todos esperaban su veredicto, Louis y Zayn habían intentado explicarle que él tenía que matarlo, decidir con sus manos la vida y la muerte de alguien. Le hacía sentir poderoso, porque él decidió por su vida demasiadas veces, pero seguía siendo algo malo y no quería pensar que era su responsabilidad.
Louis quería sacar ese peso de su espalda, él lo haría si no tomaba el coraje, si no se sentía listo. Harry estuvo a punto de aceptar, realmente quería sacarlo de su vida ya para así retomar o comenzar otra vez sin amenazas o miedos, solo amor incondicional y abrazos tranquilos. Quería que su familia crezca en un mundo al menos un poco más seguro.
Pero también sabía que necesitaba hacerlo por su cuenta, dejar ir todo el mar que empesto su corazón por años, tirar el peso en sus hombros con su propia fuerza y dejar de esconderse tras la de Louis. El fin de Jasper estaba en sus manos y no podía delegarlo a nadie. Solo tenía que sentirse listo.
Necesitaba estar listo para tantas cosas y esa era otra causa de su agobio, la tribu había caído sobre su cabeza de un día para el otro. Jasper había matado a su padre, él mataría a Jasper y por herencia el mando estaba en sus manos. Harry sabía que se lo comerían vivo apenas asome su cabeza del caparazón en él que se escondía junto a Louis.
Entonces todo se unía, como una enorme bola de problemas y dilemas como sus padres siendo dos dioses, su nuevo papel como verdugo del homicida de su espíritu, ahora era jefe, la idea de que sería madre pronto y aún era amante, gracias a los dioses, porque si a todo le agregaba perder a Louis... Harry no lo soportaría. Pensar en eso lo tenía echado en la cama desde que abrió sus ojos y se encontró con todo lo que sucedió en tan poco tiempo.
