Cuando Sora y Kona hubieron comido y alimentado los gatos se sentaron a hablar sobre la desaparición de la música. Ni radios, ni televisiones, no había ni rastro de canciones ni melodías. Mientras comían carrot cake Sora decidió llamar a algunos conocidos para ver si podían entender algo de lo que estaba pasando. Al cabo de dos horas sabían que el problema llegaba hasta los reinos más lejanos y que habían rumores que apuntaban a que se había roto uno de los círculos de arte en la estrella central.
La estrella central era la estrella que alberga los poderes del mundo. Junto con la Luna roja (astro central) y la estrella de plata (dadora de vida y muerte) , la estrella central poseía los cinco círculos artísticos (danza, música, dramaturgia, pintura y escultura) Estos tres satélites son visibles tanto durante el día como durante la noche y su enclave en la Tierra era a través de los oráculos. Estos oráculos eran puntos de conexión entre los satélites y la Tierra eran el canal por el cual se transmitían los poderes y energías que alimentaban el planeta.
- Entonces ¿uno de los círculos se ha roto? - Preguntó Kona un tanto nerviosa
- Dicen que la ola expansiva vino de uno de los oráculos - Sora jugaba con Lu en el sofá - no sé ¿podríamos ir a ver, no?
- ¿Y que propones que hagamos? - Kona miró por la ventana - no podemos hacer nada ¿no?
- Podríamos ir a documentarlo, estamos cerca del oráculo por eso la ola fué tan fuerte en esta zona - Sora se puso de pié - venga, mañana iremos para allá.
Y efectivamente, pronto en la mañana Sora y Kona junto con los gatos marcharon hacia el oráculo de la estrella central. Su localización no era secreta ni difícil de encontrar ya que era el sitio de peregrinaje de muchos fanáticos de las artes.
Hacía el mediodía pararon al lado de un campo de girasoles. El sol impacta con fuerza sobre todas las superficies creando un ambiente sofocante y cálido. Pararon bajo un gran cerezo a comer y beber. Mientras descansaban el viento les trajo voces de la lejanía. Extrañadas, siguieron las voces hasta un robusto sauce envuelto por mantos de flores moradas.
- Uno, dos , ahora....
Bajo el sauce dos enanitas bailaban al son de un compás. Una de ellas era alta con una cabellera color rojo hasta las rodillas y vestía de color azul. En la frente llevaba una cinta blanca con una piedra ambar en medio. La otra enanita más bajita llevaba el pelo a media melena de color verde menta e iba vestida de amarillo pastel. Cuando Sora y Kona se acercaron un poco más, un enorme perro salió de detrás del árbol. Era más grande que las enanitas, alrededor de sus patas flotaban espesas diminutas nubes y en el cuello llevaba una bolsa azul colgando. Thir y Su saltaron hacia delante de su dueña con el pelo rizado. Los ojos de Thir se habían vuelto llamas y los de Su desprendían luz blanca. El enorme perro gruñó al ver los gatos.
-Skai ven aquí! - la enanita bajita corrió hacia el perro - deja de molestar anda.
Los gatos al ver que el perro se retiraba volvieron a los hombros de su dueña.
- Hola - sonrió Kona - somos...
- ¡Me encanta tu vestido! - la enanita alta había corrido hacia Sora y no dejaba de tocarle el vestido - ¡es precioso!
- ¡A que sí! - Sora y la enanita alta empezaron a gritar más que hablar sobre vestidos.
Kona se dio cuenta de que la otra enanita cogía unos extraños polvos de dentro la bolsa que llevaba el perro en el cuello y se los daba para comer.
- ¿Es un perro celestial, no? - Dijo Kona con una sonrisa - hacía mucho que no veía uno
La enanita sonrió
- Si! se llama Skai - le acarició el costado de la espalda - ¿a que es precioso?
- ¿Qué le das de comer?
- Es polvo de nubes, cuando está lejos de casa ha de tomar para no perder las nubes
- Aaaaaaah , que cuqui
La enanita se sacudió las manos
- Me llamo Mer
- Yo soy Kona, y ella Sora. Pasabamos por aquí de camino al oráculo de la estrella central.
- Siva y yo íbamos camino a la ciudad de Plata para participar en un concurso de baile - Mer iba recogiendo sus pertenencias de debajo del árbol - pero la radio se estropeó después de una ola ¿vosotras la notasteis?
Kona asintió.
Las cuatro enanitas se sentaron al pie del sauce y hablaron sobre sus planes. Cuando hubo caído la tarde levantaron su campamento y se dirigieron al pueblo más cercano para pasar la noche en una posada. El pueblo en particular era la villa Magenta y se encontraba a medio camino del oráculo de la estrella central.
Magenta era una villa que se extendía a ambos lado del río Sein, uno de los cinco ríos más grandes del reino, situado en medio de un vasto verde valle coronado por altas montañas invadidas de pinos y hayas. Era muy famoso su magnifico puente de cristal que comunicaba ambos lados de la ciudad. En el centro de la villa se encontraba el destino de las cuatro enanitas, la posada Wolf.
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FANCY UH; una historia intrepida
AdventureEn muchos momentos durante la vida nos encontramos en situaciones totalmente inesperadas, fruto de la coincidencia más severa y graciosa del cosmos. Momentos que abren, en la vida de uno, la puerta de no retorno hacía un camino totalmente diferente...