ɪᴠ. sᴜᴇʀᴛᴇ ᴅᴇ ᴍɪᴇʀᴅᴀ

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Capítulo 4. Suerte de mierda

Hyun Mi se encontraba caminando hacia la salida con una enorme sonrisa plasmada en su rostro

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Hyun Mi se encontraba caminando hacia la salida con una enorme sonrisa plasmada en su rostro. Se sentía tan bien. El solo recordar la cara de su padre le hacía reír.
Hace mucho que quería darle una pequeña lección a su progenitor, y se arrepentía de no haberlo hecho antes.

Cuando cruzó las puertas del restaurante (esta vez para salir) buscó con la mirada a Ishikawa Yamato, pues necesitaba que esté la llevará de regreso al hotel para hacer su maletas e irse de ahí, cuanto antes mejor. Compraría un boleto del primer vuelo que se dirigiera a Corea una vez que estuviera en el aeropuerto.

La chica hizo una seña para llamar la atención de su nuevo chófer, el cuál, se percató de inmediato y trotó rápidamente en su dirección.
—¿Qué ocurre señorita Kim? ¿En qué le puedo ayudar? —preguntó el hombre con confusión a la más pequeña, pues su jefe aún no le había dado órdenes de retirarse.

—Ocurre que me quiero ir. Necesito que me lleves al hotel y de ahí me dejes en el aeropuerto. —le respondió con un tono obvio. —Apúrate, ve por el auto. —dijo empujándolo hacia el estacionamiento.

—Pero, el señor Kim no me dijo nada sobre- —Hyun Mi no lo dejó terminar, y con su mano le hizo una señal de Alto.

—¿Pero? Puede que Taeyang sea tu jefe, pero él te contrató para escoltarme a todos los lugares que yo te pida, ese es tu trabajo; y en este momento quiero que me lleves de vuelta al hotel, ¿No soy lo demasiado clara? —preguntó con fastidio y negó con la cabeza. —Solo... Ve por el puto auto y larguémonos de aquí, ¿Sí?

—De acuerdo, eso haré. —respondió asintiendo frenéticamente para después salir corriendo por el vehículo.

Hyun Mi suspiró y miró el horizonte. Ya había anochecido pero no sé podía apreciar ni una sola estrella iluminando el oscuro cielo. La chica notó como de repente, unos fuegos artificiales estallaban en lo más alto del cielo. Estos brillaban con gran intensidad mientras tronaban y después, de poco a poco se apagaban lentamente. La pelinegra frunció el ceño y resopló. ¿A qué loco se le había ocurrido lanzar fuegos artificiales a las 7:00 pm? No solo era temprano, tampoco estaban en época de festividades, estaban en pleno verano y los festivales ya habían acabado.

Cómo sea, odiaba la pirotecnia. Más bien odiaba casi todo. Pero la pirotecnia estaba en los puntos más altos de su larga lista.

Cuando Yamato regresó, montado en el vehículo, Hyun Mi no perdió tiempo y se subió rápidamente, lanzando su bolso y tacones dentro. Esos tacones del demonio la estaban matando.
La chica se recargó contra la puerta y estiró sus piernas sobre el asiento de cuero. Cerró lo ojos por un breve momento intentando aclarar sus pensamientos.

—¡Oh! —exclamó la chica recordando algo. —Antes de ir al hotel vamos a comprar un celular nuevo. El mío ya no funciona, necesito otro cuanto antes. —le dijo al hombre que la acompañaba, aún con sus ojos cerrados.

GAME OF SURVIVAL  •ᵃˡⁱᶜᵉ ⁱⁿ ᵇᵒʳᵈᵉʳˡᵃⁿᵈDonde viven las historias. Descúbrelo ahora