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«El cambio»
Durante el cambio de realidades, me sentía realmente agotada, sin ganas de hacer nada, pero como la mujer luchona que soy, seguí adelante.
Todas las noches intentaba ir, ya sea con algún método o algún audio, al final solo pasaba lo mismo que antes.
Ya estaba un poco harta, no tanto como antes, pero harta al final.
Seguía una, otra y otra vez intentado, pero nada resultaba.
Hasta que encontre el audio perfecto, no recuerdo el nombre, pero ese me ayudó más de lo que los demás lo hicieron.
Así que una noche, me acosté en mi cama, me puse mis audífonos y puse el audio.
Al principio era muy raro, se escuchaban risas, música y al final la alarma sísmica, nomás que esa si era la de mi realidad .
Y como ando traumada con esa mierda, pues uno ya andaba bien paniqueada.
Esa noche ya no lo volví a intentar.
***
Unos días después de eso, lo volví a intentar de la misma manera en que lo había hecho.
Solo que está vez fue diferente, se escuchaban pasos y el sonido de una batería que tocaba como si fuera música para ambientar una guerra.
Luego abrí los ojos y entonces supe que lo había logrado.
Después de tantas semanas, días y horas gastados solo para llegar ahí, habían válido la maldita pena.
Cuando abrí los ojos, no estaba en mi cuarto, ni siquiera sabía dónde rayos andaba, pero la verdad es que no me importaba.
Por qué al final ya no estaba en aquella realidad que tanto me había atormentado.
El ambiente se sentía bien, se sentía como estar en casa, el cuarto en el que estaba, era bonito, realmente grande y con una vista hermosa.
En cuanto salí del cuarto, solo se escuchaba el sonido de una batería, baje las escaleras y en cuanto llegue abajo, lo vi.
Ahí sentado, tocando la batería y con la hermosa sonrisa con la que lo había imaginado tantas veces, al verme llegar, simplemente paro de tocar, luego se acercó y me abrazo mientras me decía.
-Me alegro que ya estés en casa Liz, te he estado esperando.
Dios.
En ese momento me sentí la mujer mas afortunada de todo el mundo.
No solo porque sabía mi nombre, si no por que el me había estado esperando todo este tiempo.
Además de sentirme afortunada, me sentía completa y necesitada.
Eso era lo mejor de todo, sentirme completa al fin.
