27

1.5K 78 6
                                    

𝐁𝐞𝐫𝐞𝐧𝐢𝐭𝐬𝐞~

Me desperté y un dolor de cabeza insoportable apareció, me quedé ahí pensando en todo la secuencia de ayer a la noche, un dolorcito apareció en mi pecho cuando recordé a esa morocha.

Me levanté al baño y al verme en el espejo hice cara de asco a mi misma, estaba tan hecha mierda que ni yo me reconocía.

El maquillaje todo corrido, el pelo hecho un desastre, los ojos rojos al igual que mis labios, cachetes y cara técnicamente, las lágrimas habían hecho un camino en mis mejillas quitando la base que maquillaje haciendo que se noté esa pequeña diferencia de color.

Me lave la cara he hice mi rutina normal, ayer no me había quitado el maquillaje así que hoy tenía que hacer una limpieza más profunda.

Cuando termine me peine viendo como cabellos y cabellos caían, era normal.

Me lo recogí en una coleta alta sacando los típicos pelitos de adelante.

Me quité la ropa me puse un short y una camisa blanca de tirantes, caminé hasta la puerta y antes de salir agarré mi celu, baje y al llegar estaba Mauro viendo Go, Diego, Go! Ni entras comía cereal.

Que ganas de ser el, por más que tuviera tatuajes por todos lados era un nene con responsabilidades de adulto.

Me miró y sonrío, tragó lo que estaba masticando.

—¿Queres ver conmigo? Estoy ahogando penas—preguntó y asentí.

—Voy a traer cereal y ahogamos penas juntos—dije y el asintió.

Antes de entrar a la cocina escuché como me llamo.

—Bere, ¿me podes traer más cereal?—preguntó y lo miré—por fa—dijo con ojos de perrito.

Accedí caminé, serví cereal y fui hasta el living, le di su tazón a Mauro y él agradeció, me senté a su lado con las piernas enrolladas, me cubrí con una manta que había ahí y me puse a ver Go,Diego,Go!.

Me gustaba ahogar mis penas así.

#

Habían pasado horas en las que solo nos dedicamos a ver la serie animada sin ninguna interrupción y todo eso se terminó cuando todos se despertaron.

Habíamos pasado desde la mañana hasta casi las 8 de la noche viendo la serie.

Reímos y comimos mucho cereal al punto de que tuvimos que traer las cajas de cereal al living porque ya nos habíamos cansado de ir hasta la cocina.

Me di cuenta que Mauro es una buena persona para ahogar penas.

El no te pregunta ni nada de eso,el te distrae de todo, te hace reír, es un gran amigo, sabe como hacerte feliz sin tener que llorar, solo te pone en otro mundo.

La piba que este con el va a ganar oro.

Tomas estaba sentado en el sillón de enfrente con cara de culo viendo como Mauro me hacía reír.

Y no, no es que me guste o yo le guste a Mauro, es simplemente es así y va a ser así con todo el que la este pasando mal.

Es un osito tatuado, aparte es divertido.

Lo que me gusta es que te hace hablar un toque del tema mientras te distrae, me hizo hablar de Tomas no crean que no, solo que no me preguntó directamente, lo hizo tan indirecta y sutilmente que no me di cuenta de que habíamos hablado de el hasta que analicé todo.

—Bueno yo me voy a dormir—dije, eran las 12:39 a.m y todo este tiempo habíamos pasado hablando entre todos.

—Hace lo que te dije, seguí los consejos—dijo sonriendo.

—Lo voy a hacer, lo voy a hacer, pero ahora me veo en la obligación de ver todos los Sábados Go,Diego,Go!—dije y el río.

—¿Nuestra costumbre?—preguntó.

—Nuestra costumbre—dije, pude notar como Tomas apretó la mandíbula.
—No te preocupes Campos el de nosotros siempre va a ser 𝐫𝐞𝐢𝐫 𝐲 𝐟𝐮𝐦𝐚𝐫—dije y pude ver como sonrío.

Subí a mi pieza, pero antes de entrar analicé una vez más lo que Mauro me dijo.

Decidí que hoy iba a dormir en la pieza de Tomas.

Voy a seguir tus consejos Lombardo.

$—

Tal vez en realidad si era para vos y no me di cuenta a tiempo.

𝐑𝐞𝐢𝐫 𝐲 𝐅𝐮𝐦𝐚𝐫 | 𝐂.𝐑.𝐎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora