Capítulo 1

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Era una linda y cálida mañana, los rayos de sol se asomaban por entre las pocas nubes formadas en el cielo, se respiraba un ambiente realmente agradable mientras Rosé se dirigía al encuentro de su amiga quien la apresuraba hablándole por su teléfono celular.

-Sí, ya casi llego, quedé atrapada en el embotellamiento- explicaba la rubia a su amiga.

-Sí, sí, traje todos los apuntes, no te preocupes- resaltó, mientras apresuraba el paso para llegar a la cafetería donde habían acordado reunirse.

-¡Ah! Ya estoy en la entrada, voy a colgar, ¡adiós!-. Rosé se acercó a la puerta realmente apurada y abrió ésta con tal rapidez que sin darse cuenta chocó el marco en el rostro de una chica.

Al percatarse Rosé intentó disculparse -¡¡Ahhh l-lo sien...!!-

Sin embargo no logró terminar la frase cuando su pie se enredó en una pequeña gradita que había en la entrada e inevitablemente la hizo resbalar y caer, pero no precisamente al suelo, había aterrizado sobre la misma chica que acababa de golpear con la puerta.

-¿Realmente tengo tan mala suerte?- Pensó mientras observaba a la pelirroja que estaba enfrente suyo.

La chica le daba una mirada fija y penetrante a Rosé, sus ojos expresaban disgusto, se veía algo irritada. El nerviosismo en la rubia no se hizo esperar y se paró rápidamente expresando disculpas y dirigiendo una gran reverencia a la pelirroja que aún se encontraba en el suelo.

-¡¡L-lo siento, no era mi intención. Estaba apurada, así que no tuve cuidado!! ¡¡Lamento mucho haber tropezado contigo!!- decía la rubia.

Mientras escuchaba esas palabras, la pelirroja se incorporaba nuevamente limpiando su mandil de trabajo y llevando una mano a su frente en señal de dolor, sin embargo, se dirigió a la chica que la había hecho golpear dos veces en menos de un minuto para advertirle.

–Ve con cuidado cuando andes con prisa, podrías tropezarte con alguien más en el futuro y... tal vez, no serán tan buenos contigo- finalizó.

Pero Rosé no parecía estar muy consciente de lo que le estaban diciendo, solo tenía un pensamiento atravesado en su mente cuando levantó la mirada y vio frente a ella quien había sido la pobre víctima de su torpeza.

-Esta mesera... es tan alta...- pensó.

Rápidamente volvió en sí para responderle –ah sí... lo sé, de verdad lo siento mucho.-

La mesera soltó un largo suspiro y le preguntó a la pequeña clienta con la que acababa de toparse -¿cuántas personas cenarán?-

Aún un poco desorientada, Rosé se limitó a contestarle –Eh... iba a encontrarme con al..guien...-

No pudo evitar sentirse apenada y realmente furiosa cuando dirigió su mirada hacia la mesa en donde se encontraba su amiga y ésta sin decir absolutamente nada, simplemente la ignoró por completo cubriendo su rostro con el menú del café.

Qué vergüenza...- se decía para sí misma la castaña que se encontraba en una mesa del café.

Rosé no podía creer ese comportamiento tan infantil de su amiga, -¿en serio está fingiendo no conocerme?- pensó mientras el ambiente entre las tres chicas se volvía más incómodo.

Unos minutos más tarde...

-Entonces esto de aquí tendría que ser Cos2a = Cos2a-Sin2a = 2Cos2a–1 = 1-2Sin2a. Esta debería ser la formula- decía Rosé mientras su amiga se encontraba totalmente distraída con la mirada puesta hacia el otro extremo del café.

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