Capítulo 8

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Las chicas permanecieron en silencio mientras la preocupación se apoderaba de ellas al ver la actitud de la pelirroja.

–Ustedes pórtense bien y vayan a casa. –

–Eh... pe-pero, ¿Y si te metes en problemas?... ¡¿Quién será nuestra modelo?! – preguntó nerviosa la castaña

–Oh... así que eso es lo que realmente te preocupa...–

–N... No... claro que no– respondió avergonzada

–Yo... yo puedo... – interfirió una Rosé nerviosa mientras se levantaba de su asiento –Puedo ir contigo después de clases... ¡Voy a escoltarte hasta el café! –

Tanto Jisoo como Lisa intercambiaron miradas incrédulas. Entre una pequeña y tierna risa la pelirroja se dirigió a responder

–¿Escoltarme?, ¿Y cómo vas a hacer eso? – la propuesta de la rubia le resultaba demasiado graciosa a Lisa, no podía evitar reír ante ello, pero no era una risa burlona, era más bien una risa cargada de ternura. –Te agradecería que no causaras más problemas... sé una niña buena y ve a casa– finalizó.

Sin embargo, tal actitud no causó nada de gracia en Rosé, todo lo contrario, se sintió ofendida, ella realmente estaba preocupada por su seguridad.

–Está bien! Supongo que me equivoqué. Lamento ser una carga–

Enojada y decepcionada se levantó abruptamente del asiento para alejarse del lugar mientras se decía para sus adentros –¡Eres una idiota!. Pero su huida se vio interrumpida al sentir un pequeño jalón de la parte posterior de su falda.

–Eh... Espera...– dijo Lisa mientras estiraba su cuerpo por sobre la mesa para alcanzar la falda de la rubia y evitar que se fuera.

–¡¿Pero qué haces?! – se volvió la rubia hacia la mesa realmente sorprendida mientras cubría su trasero con sus manos y sus mejillas se tornaban rojas como un tomate.

–Lo siento Rosé, fue mi culpa... como estás tan preocupada por mí de repente... me sentí halagada.- Una linda sonrisa cubría el rostro de la pelirroja al hablar.

–No me estás causando ningún problema. Sólo me preocupa que te puedas ver involucrada. – Rosé la observaba aún con el sonrojo en sus mejillas.

–Si te lastimaras por mi culpa... eso sí que me molestaría– Se levantó de su asiento para mirar más de cerca a la rubia.

–No es que quiera rechazar tu amabilidad... Entonces, por favor cuídame.– decía mientras le regalaba una tierna caricia en su cabeza como muestra de agradecimiento por su preocupación.

–Mi ángel guardián... Rosie es muy valiente. – terminó diciendo con una gran sonrisa llena de ternura y con su mano aún sobre la cabeza de la rubia.

–¡No soy una niña! – respondió enojada y de un rápido movimiento alejó la mano de la pelirroja que la acariciaba.

–Jaja... claro, claro –

–Bueno, aunque tenga que pedirlo así... ¡Por favor, dame tu número de teléfono! –

–¿Eh? – Fue lo único que pudo responder la pelirroja... la dejó sin palabras.



Horas más tarde...

Las clases llegaron a su final y las chicas tenían ya preparado un plan para proteger y escoltar a la pelirroja en su camino hasta el trabajo.

Lisa caminaba sola por la ruta de siempre, acompañada de su habitual conjunto deportivo y sus audífonos puestos, sus amigas la vigilaban a una distancia prudente tras de ella escondiéndose en uno que otro callejón o poste de electricidad que encontraran en el camino, con el objetivo de tener una mejor panorámica del lugar y poder prever algún peligro.

LILYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora