Twisted Hearts {YnM | MtP}

III. Insomnia

Disclaimer: Moriarty the Patriot pertenece a Ryosuke Takeuchi y a Hikaru Miyoshi.

Pairing: SherLiam (Sherlock Holmes x William J. Moriarty)

Advertencias: AU | Yaoi / BL | Spoilers | Fluff | ShortFic | Songfic

N/A: Puede que haya hecho este capítulo un poco sad, pero quería escribir algo así. No me matéis, por favor jajaja

Título: Insomnia significa «pesadilla» en latín.

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Aunque parecía ser un día más en la Inglaterra victoriana, él ya se había fijado en que algo no iba bien. Caminaba por una concurrida calle de Durham en dirección a la universidad, siguiendo su rutina diaria. Por suerte y sin saber cómo lo había hecho, podría llegar pronto a su trabajo. Era cierto que tenía la costumbre de dormir pocas horas, pero ese día se sentía lo suficientemente motivado y con energías, cosa que le extrañó bastante. No obstante, no se quejó. Tenía pensado hacer varias cosas en la mañana, además de las clases, y esa energía le vendría bien.

Sin embargo, hubo algo que le llamó mucho la atención. A pesar de ser una calle llena de gente de todas las clases, se dio cuenta de que todos andaban en la misma dirección, para su sorpresa, la contraria a la que llevaba él, como si estuvieran huyendo de algo. No, huir no, porque caminaban a un ritmo tranquilo y moderado. Más bien como si la meta final de su objetivo estuviera detrás suya. Su curiosidad le estaba tentando a voltearse para encontrar una respuesta al misterio, pero hubo algo que se lo impidió. Empezó a llover.

Comenzó a correr en busca de un lugar donde refugiarse de las gotas de agua, pero, como si el mundo estuviera en su contra, cuanto más corría más cerrada parecía hacerse la calle. El resto de las personas presentes se juntaban cada vez más a él hasta el punto de agobiarle e inmovilizarle en medio de todos. Parecía que estuviera nadando a contracorriente, haciendo que le fuera prácticamente imposible avanzar más. Acabó dándose por rendido y dejó que tanto la multitud como la lluvia proveniente del cielo tuvieran el control sobre él. Las gotas de agua caían sobre su persona, deslizándose por sus rubios cabellos, por sus largas pestañas, por su delicada nariz, por su mentón. Cerró los ojos para poder disfrutar de la sensación. Podía sentir como, poco a poco, todo su cuerpo acababa empapado.

Cuando chocó con una persona, abrió los ojos nuevamente. Pensó en voltearse y disculparse, pero había algo que no le cuadraba. ¿Acaso no estaban todos yendo en una misma dirección? ¿Cómo podría haber chocado con alguien que iba al mismo ritmo que los demás? Eso sólo podía significar una cosa: había alguien que o había detenido su avance o iba como él al principio. La curiosidad le pudo y, lentamente, se giró para observar a la persona que tenía detrás suya. Al coincidir sus ojos carmesí con los del contrario, la calma y la tranquilidad que le había brindado la lluvia se transformó en temor, desasosiego y ansiedad.

«Esto es un sueño», pensó al verse a sí mismo frente a él. Reconocía perfectamente esos mechones rubios, esos orbes rojos vacíos y dolidos, esa vestimenta negra que portaba cuando era el Lord del Crimen, ese bastón en el que ocultaba su arma. Sonrió. ¿Así se veía en verdad? ¿Quién iba a tomar en serio a un asesino en serie que lucía así? ¿Quién iba a querer a alguien como él?

Como por arte de magia, las cristalinas gotas de lluvia tomaron un color rojizo. Se dio cuenta cuando sintió el agua ligera algo más pesada. Extendió sus manos para mancharse de esta, y su asombro y miedo aumentó: sangre. Las personas que había a su alrededor desaparecieron al igual que la calle, y lo envolvió una absoluta oscuridad. Ahora estaban los dos solos. Sin embargo, su contrario empuñó la espada con la que había quitado tantas vidas y lo señaló con esta. Estaba dispuesto a matarlo. En un instinto de supervivencia, quiso salir corriendo de allí, pero sus piernas no le respondían. ¿Por qué le tenía ahora miedo a la muerte?