Cap. 2

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Cap. 2

Después de terminar su trabajo, Mordecai y Rigby caminaban hacia la cafetería.

Mordecai había pedido disculpas y se ofreció a comprarle un café. Rigby no estaba muy entusiasmado con la idea de verle la cara a la pajarita esa, pero no le quedó de otra

Mientras caminaban, Mordecai hizo una pregunta un poco difícil de contestar:

M: Oye Rigby, ¿Por qué has estado actuando tan extraño los últimos días? 

Rigby se alteró con la observación, pero decidió contestar con otra pregunta:

R: ¿De qué hablas?

M: Pues, has estado un poco enojón últimamente, bueno, más de lo normal, estas muy callado y eres mucho más celoso que antes

R: ¡Eso no es cierto! 

M: Rigby, le gritaste a una chica “te voy a asesinar” sólo porque me guiñó el ojo. Hablo enserio, ¿Te pasa algo?

R: Bueno… yo…

M: ¡Oh mira, ya llegamos!

R: -pensando- Claro, me preguntas algo y cambias el tema, típico, aunque realmente me salvé.

Mordecai le pidió dos cafés a Margarita, mientras Rigby sólo deseaba salir de ahí lo más pronto posible.

El ave azul observaba babeando a la mesera ir y venir con los pedidos. El mapache sólo pensaba.

R: -piensa- Nunca creí que querría venir en el turno de Eileen.

Resulta que nuestro querido mapachito había caído enamorado de Mordecai, lo que le causaba dolor, porque el ave no le prestaba atención, y esto a Rigby lo enojaba, lo hacía poner celoso y lo deprimía.

La voz de Margarita avisando que su pedido estaba listo, sacó tan bruscamente de sus pensamientos al mapache, que casi se cae de espaldas del susto. Mordecai lo atajó y lo sentó nuevamente.

M: ¿Estás bien? ¿Qué te pasó?

R: -nervioso- Estoy bien, no me pasó nada. Gracias 

M: No hay de qué, mapache – y le dedicó una sonrisa a Rigby que hizo que sus mejillas adquirieran un tono carmesí. Mordecai pensó que Rigby se veía muy tierno, hasta quiso abrazarlo, pero prefirió seguir hablando con la mesera.

En ese momento, Mordecai se armó de valor y le pidió a Margarita una cita, en el cine, la tarde siguiente.

Ella aceptó encantada, pero a Rigby la invitación no le cayó del todo bien, de hecho, casi escupe el café que estaba bebiendo.

Luego de todo esto, ambos se despidieron de la chica, y salieron rumbo a la casa del parque.

Continuará...

La soledad desespera .:Morby:.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora