DOM El Rey Maldito

ACTO 6

Había pasado un par de días desde el regreso de la reina, aun después del banquete los nobles que se quedaron al lado de la reina, se reunieron con ella para despejar ciertas dudas. Habían muchas cosas que preguntarle a su reina, a pesar de que Dom tuviera el favor de la reina, aún era un desconocido para sus colaboradores.

Éliz para darles tranquilidad a los nobles fieles a ella, es sincera y abierta a todo lo referente a su nuevo consejero. Dom para aligerar la carga de la reina se presenta ante los nobles y en los siguientes días muestra sus intenciones y voluntad de ayudar a la reina y al reino.

Aunque no estaban totalmente convencidos, al ver que aquel hombre se había ganado el favor de la reina y de su general Paul, además de tener a Rúxia como prometida, era necio no reconocer el juicio de su reina y su séquito.

A la orden de la reina de estar listos para una futura batalla, todos se preparan y reúnen sus ejércitos. Mientras tanto la reina tenía una última reunión con sus consejeros militares y políticos antes de que todo concluyera.

—Han pasado días y aún no han hecho nada, los nobles que pretenden revelarse se han mantenido en sus territorios, ¿Qué esperan?

—Pienso lo mismo Rúxia, tal vez piensan que no los hemos descubierto. Tal vez han creído que las palabras de Dom no eran enserio, aunque su nerviosismo los delato deben pensar que la reina no sospecha de ellos ya que desde su perspectiva no han hecho nada sospechoso.

A las palabras de Paúl, la reina se queda pensativa y desvía su mirada a Dom.

— ¿Qué piensas sobre lo que dice Paúl, Dom?

—Podría ser una posibilidad, pero si es así... —pausa—, serían los nobles más estúpidos que hayan pisado esta tierra, seguramente se dieron cuenta de su error al retirarse del banquete; mis palabras fueron tan sorpresivas que fueron tomados con la guardia baja. Con solo ese hecho me he dado cuenta que esos nobles son ineptos en la política y tal vez en sus otros deberes. No me sorprende que sean ingenuos al ser manipulados por otro reino. Sin duda no son necesarios para el reino Áret. Si en verdad creen que la reina no sospecha de ellos o están menospreciando la inteligencia de la reina o son estúpidos. A las palabras del General, puede haber posibilidad pero a mi criterio personal creo que ellos saben bien que han cometido un error y por ello no se han mostrado estos últimos días. Según mi experiencia deben estar esperando ayuda externa al versen descubiertos, aunque al ver que no hemos hecho nada en su contra deben estar tranquilos... deben pensar que aunque la reina tenga sospechas, sin pruebas no puede hacer nada contra ellos.

—Si es así ¿No deberíamos estar haciendo algo al respecto?

A las palabras del consejero Krug, la reina vuelve a mirar a Dom y sonríe.

—Ya se ha hecho.

Las palabras de la reina confunden a los presentes.

—En verdad Dom tiene mucha experiencia al respecto.

Las palabras de Paúl confunden aún más a los presentes.

Éliz, Rúxia y Paúl, habían sido aconsejados por Dom de mantener vigilados los movimientos de aquellos nobles. En algún momento del banquete al final de este más precisamente, Dom hablo con ellos y dio esa idea.

—Tal vez podamos evitar derramar sangre, podríamos salvar vidas de valiosos soldados que el reino necesita para su propia seguridad. En algún momento ellos enviaran algún mensajero para informar sobre lo sucedido, en ese momento capturaremos al mensajero y el mensaje será prueba de su traición, así la reina tendrá la autoridad de arrestarlos y juzgarlos. Y si son tan cobardes como creo que son: Dirán todo lo que saben sobre su alianza con el reino que los convenció de traicionar a la reina.