DOM El Rey Maldito

ACTO 4

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—Estás segura de lo que dices Iris, has reunido a los líderes de los clanes para decirnos que ese ser ha despertado, como puedes asegurarlo.

—Pude entrar al territorio maldito.

—Sabes bien que está prohibido pisar esas tierras, allí solo hay bestias y monstruos, sin contar con los entes malditos que vagan en esa zona, es un suicidio entrar a ese lugar. Los únicos seres que pueden entrar a ese lugar son los animales salvajes, de alguna forma los entes malditos no los atacan.

—Lo sé matriarca, pero es cierto... acaso no sintieron la fluctuación de magia que paso en ese lugar.

—Ese lugar siempre presenta cambios bruscos en lo que se refiere a la magia que corre por esas ruinas, las criaturas malditas allí pueden usar magia.

—Pero no usan la magia antigua de purificación, lo vi con mis propios ojos, estaba cerca cazando cuando vi un círculo mágico sobre ese territorio, además mi ave me lo confirmo, él ha despertado.

La mujer de orejas puntiagudas, acaricia a su ave que estaba sobre su hombro.

—M-Magia de Purificación, ¿Ese tipo de hechizos no se habían perdido en la caída de ese reino?

Los líderes de los clanes discuten sobre las palabras dichas de aquella guerrera cazadora, que por casualidad había sido testigo del despertar de aquel maldito ser.

—... Nadie ha entrado a ese territorio, desde que los saqueadores lograron sacar algunas cosas de esas ruinas, los pocos que pudieron salir con vida, murieron en extraña circunstancias, fueron maldecidos por entrar a territorio prohibido y tu entraste a ese territorio sin pensar, podrías estar maldecida.

—Matriarca, el flujo de energía en ese lugar es distinto, fue purificado. Las únicas amenazas que hay allí, son las bestias que al parecer resguardan con recelo aun esas ruinas, al parecer sintieron que no tenía malas intenciones y no me atacaron por eso pude llegar hasta el trono, es sorprendente lo que las criaturas que viven en ese territorio pueden hacer, es como si sintieran las malas intenciones de los corazones de los hombres.

— ¡Pudiste llegar al trono!

La matriarca mira a su antecesora, una mujer anciana que estaba tan sorprendida como los demás.

—En verdad, el Rey ha despertado.

Las palabras de la anciana crea un revuelo entre los líderes de los clanes.

—Dime Iris, que viste.

—Matriarca, vi ruinas, vi bestias en la sala del trono, como si resguardaran aquel lugar, esperando el regreso de alguien, desde alimañas y seres que se arrastran, hasta seres con colmillos y garras que se han asentado alrededor de ese lugar, las aves y toda criatura del bosque pasan por ese lugar, solo a observar ese trono, que al parecer estaba siendo ocupado por alguien. Al parecer los rumores eran ciertos, el antiguo rey había permanecido dormido sentado sobre su trono. Cuando llegue allí, el trono estaba vacío, vi huellas salir del salón del trono, es seguro que él ha despertado, matriarca.

—Si es así, debe haberse convertido en un ser no muerto, se sabe que fue maldecido gracias a las visiones que nos permitió tener los espíritus del bosque. Su apariencia debe ser parecida al de un Linch, ¿adónde habrá podido ir? ¿Por qué despertó? ¿Cuáles son sus intenciones?

—Matriarca, pude verlo a través de los ojos de mi lechuza, su aspecto es de un hombre normal, su carne y piel están intactos.

—Muéstrame...

La anciana, la anterior matriarca exige a la cazadora que le muestre la imagen de lo que vio el ave de esta. Iris con un hechizo que ejecuto sobre su ave, muestra a los presentes sobre un cristal que estaba allí para esos propósitos, las imágenes que vio su ave a través de sus ojos.