ACTO 2

46 5 3
                                    

SOMBRAS DE UN ANTIGUO REY

Una silueta camina entre las ruinas de lo que fue en el pasado un hermoso palacio, telarañas bloquean su camino pero son quemadas por una flama azul con tintes violetas que nacía de la palma de la mano de aquel ser, las criaturas nocturnas le habrían paso a aquel ente en medio de aquella noche de invierno.

El gruñido de una criatura nacido de las más decadentes emociones de los seres vivos, hacen eco entre las paredes de aquel lugar sombrío; como si lo llamara, el hombre se dirige a su encuentro, como polilla que es atraída a la luz del fuego, que aun sabiendo que es peligroso, rechaza su naturaleza de supervivencia y se lanza hacia la flama seducida por su brillo.

Aun acostumbrándose al movimiento, el hombre de vez en cuando tropieza, apoyándose en las paredes que aún estaban en pie. Espejismos de tiempos mejores se presentan frente a sus ojos hundidos, como una fina capa traslucida que se sobrepone sobre la realidad amarga del presente.

Sombras de antiguos residentes caminando por los pasillos de su palacio, conversaciones amenas entre conocidos y extranjeros de reinos vecinos que caminaban con familiaridad por su casa, dirigiéndose con prisa pausada al salón del trono para tener una audiencia programada con el soberano de aquellas prosperas tierras.

—En que momento, mi querido reino se convirtió en el sacrificio para que el mundo fuera salvado de la oscuridad.

Entre murmullos el hombre camina con pasos lentos hacia el origen de la voz gutural que era de la misma muerte que lo llamaba; pero este no temía, sus ojos vacíos con sed de venganza buscaba alguna forma de redimirse por haber fallado al proteger a su reino, a su reina, a su pueblo; este camina con decisión férrea hacia el nido de aquella criatura.

Al sentir una brisa fría tocar su rostro, este mira hacia el lugar en donde antes había una gran ventana decorada con finos cristales, ahora solo era una gran abertura en la pared donde el viento y la nieve entraban sin permiso, las bestias la usaban como puerta para refugiarse del frio invierno.

Este continua su paso hasta ver la puerta de un gran salón, sus puertas estaban rotas, hechas pedazos como testigos de aquella cruenta batalla, aquellas criaturas habían invadido hasta los más profundo de su palacio.

Un rugido agita el aire a su alrededor, un aliento gélido choca contra el cuerpo del hombre que lucha por mantenerse en pie.

— ¡Maldita criatura! ¿Acaso mi magia, no fue suficiente para hacerte daño? Has despertado en cólera y me llamas para que pague por haberte despertado.

El hombre esboza una sonrisa cansada, sin miedo en pensar de lo que le deparaba al entrar a ese lugar, el Rey camina con dignidad y fuerza, entrando sin meditaciones mientras empuña su vieja espada.

Frente a él, una enorme criatura se muestra, el techo de aquel salón se levantaba en brazos de enormes estatuas de guerreros, como si sostuvieran el cielo, soportan el peso de tan enorme obra, la criatura era enorme pero no se comparaba al tamaño de aquellas estatuas.

El techo había sobrevivido al tiempo, todavía se podía ver las pinturas que contaban la historia de aquel viejo reino, desde su nacimiento hasta sus gloriosas batallas contra antiguos fieros y peligrosos enemigos.

—El salón de los guardianes.

Con voz melancólica y cortada el hombre recuerda con orgullo el lugar. Lugar en donde sus más grandes guerreros y magos, sobre todo amigos se reunían para planear batallas y debatir asuntos importantes, un lugar donde solo entraban poderosos y dignos guerreros, la elite de la elite se reunía allí, bajo su mando.

— ¡Como osas ensuciar con tu presencia este lugar! ¡Las memorias de mis más cercanos amigos habitan aquí!

El recinto estaba en ruinas, la mesa en donde esos personajes se reunían estaba rota, aquella criatura alimentada por la oscuridad que la cubría, observa con celo al ser frente a ella.

DOM  El Rey MalditoWhere stories live. Discover now