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— ¿Nada?

Jaeyoon resopla y niega ante la cuestión de su hermano.

— No. — responde el rosáceo con un puchero entre sus labios, Jaemin esboza una mueca de asco mientras lo observa. — Jaehyun sigue negándose a decirnos sobre él y yo ni siquiera tengo el número de Sunggie. ¡Yah! ¿Es que ese tonto no piensa en mí dolor al no ver sus ojitos?

— No hagas algo como eso de nuevo, luces estúpido. — aclara refiriéndose a los gestos lastimeros de su hermano, frunce el ceño cuando nota la hora en su reloj. — Son las nueve de la mañana, ¿acaso tú no tenías que estar de tutor desde hace dos horas en la escuelita?

— ¡No! Jaehyun dejo en claro que sólo sería después de clases.

— Es lunes, puedes esperarlo cuando salga y pedirle que venga aquí.

— ¡Yah! ¿Lo has olvidado? — le cuestionó mirándole con los ojos entrecerrados mientras invadía su espacio personal, cosa que Jaemin le desagrada en toda su totalidad. — Su hermano le prohibió vernos desde la última vez que casi estampas tus sucios labios con su boquita.

El empresario le gruñe con molestia brindándole una mirada de advertencia, Jaeyoon retrocede con nerviosismo.

— Sólo se trataba de una simple broma, ni siquiera quería besarlo. — explico sentándose en el costoso sofá que era de su propiedad, echó su cabeza hacia atrás relajándose con la comodidad. — Únicamente quería fastidiarlo.

— Oh, claro. ¡Pero si serás mentiroso tú!

— Yah, ¿ahora de que hablas?

— Querías besar a mi Sunggie, yo te vi perfectamente con estos dos preciosos ojos que poseo. — le dice señalándolo con el dedo en un gesto amenazador. Jaemin no puede verlo porque está demasiado maravillado con la comodidad del sofá que incluso cerró los ojos.

— Es mentira, ¿por qué querría hacerlo? — bufa con indignación, Jaeyoon imita cada uno de sus gestos sin que su hermano lo vea. — Por si lo olvidas es un maldito universitario. No estoy para críos ni para nadie, nada que contenga la palabra relación.

— Pero nadie menciono una relación, Jaemin.

El mayor de los trillizos abrió sus ojos para eliminar a su hermano mentalmente, ¿es que acaso tenía que abrir la boca cada segundo?

— ¿Tú no tenías que irte? — cuestionó directamente, lo único que quería era descansar y no ver a él par de sus tontos hermanos. — No sé, ¿dónde están tus conquistas? Estoy casi seguro de que las escondes de Jisung, galán.

La ironía en la voz de Jaemin logra que Jaeyoon se sienta ofendido, el rosáceo niega frenéticamente.

— No hagas difamaciones, ahora soy un hombre de bien. — él responde inflando su pecho con orgullo, tan exageradamente que Jaemin se burla de él.

— Claro hombre de bien. — el empresario se levanta de su sofá para sentarse a un lado de su hermano con mucho pesar, incluso se lo pensó más de dos veces pero al final accedió.

— No te vayas a morir por sentarte, eh, Jaemin. Que gran desafío para ti, ¿te doy una medallita?

— Jódete. ¿Tienes algo en mente sobre el chiquillo pelinaranja?

Jaeyoon le dedica una mirada pícara que logra incomodar a su trillizo mayor.

— Muchas cosas en realidad. — le sonríe de manera socarrona arrugando su nariz, Jaemin piensa que eso está lejos de ser algo atractivo para alguna persona existente en el planeta. ¿De verdad existe alguien que se fijará en hombres con mentes de críos como Jaeyoon? Condolencias para esas personas.

Trillizos┊JaesungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora