Capítulo 1

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Un par de suéteres, los más grandes y calentitos, calcetines largos, algunos pantalones, faldas, shorts, su pijama rosado, algunos zapatos... Productos para el cabello, no muchos, su melena corta apenas los necesitaba para mantenerse esponjosa y suave.
Productos de limpieza personal, sus útiles escolares y un par de snacks que tendría que racionar en aquel nuevo lugar...
Bien.
Era hora de cerrar la maleta y digerir la información por fin.
Si bien ya había llegado la carta de aceptación hace un par de días, ella apenas comenzaba a procesar aquella noticia, sentía el estómago hecho un nudo y una gran cantidad de nervios, a decir verdad, aunque vivía sola hace un tiempo, era bastante aterrador pensar que ahora tendría que estar sin conocer a nadie en un lugar algo tenebroso lleno de demonios, completamente sola.
Aún se preguntaba porque había solicitado ese puesto en el programa de intercambio, le gustaba la idea de la aventura pero ahora que tenía la confirmación de que de verdad iba a tener que asistir a otra escuela se sentía arrepentida.
Ya tenía todo listo, había empacado por separado en una bolsa más ligera sus pocas pertenencias preciadas, un pequeño collar dorado que su madre le había dejado, un broche de mariposa que su padre le compró, un retrato familiar y un par de libros donde guardaba flores secas, una de las cosas que le gustaba coleccionar.
No era una chica complicada, tenía pensamientos sencillos y solo deseaba tener experiencias interesantes sin meterse en problemas en el proceso.
Pero aquello era algo que no iba a poder evitar.
No mientras estuviera en ese lugar y con esas personas...
Su teléfono vibró y miró la pantalla solo para ver el número desconocido, no tenía muchas opciones así que se decidió por responder.
"Me alegra que decidiera responder, es un placer, me presento, seré el encargado de sus trámites y de recibirla, mi nombre es Barbatos, pero eso no es importante, no ahora, llamaba para preguntarle si deseaba desayunar con nosotros mañana una vez que llegue o prefiere hacerlo por su cuenta antes de viajar"
La chica se sintió realmente nerviosa al oír la voz varonil del otro lado de la línea, balbuceo levemente, obteniendo una risa discreta como respuesta, solo para comenzar a hablar lo mejor que podía dada la situación.
"Ehr... Lo siento, bueno, creo que me gustaría más compartir la comida con quienes estaré conviviendo este semestre así que... Podríamos desayunar todos juntos... espero no ser una carga"
Otra risa discreta y la voz amable del tipo del teléfono la tranquilizó un poco, se sintió como una tonta al tomarse tan en serio aquella situación cuando Barbatos al parecer estaba bastante relajado.
"No hay nada de que disculparse y por supuesto que no será una carga, usted es nuestra querida invitada y nos sentimos realmente honrados, nos haremos responsables de su bienestar y comodidad tal como el joven amo ha ordenado"
Aquellas palabras sonaban tan refinadas y reconfortantes, aún así, ella tenía aquella sensación extraña de culpa, aquel presentimiento de que arruinaría todo tarde o temprano.
"Gracias... C-Cuiden d-de mi por favor" dijo ella en voz baja mientras una risilla nerviosa se le escapaba de entre los labios.
"Así será, que tenga una placentera noche."
Aquella frase dio fin a su conversación, la chica suspiró y se dejó caer en la cama, deslizándose lentamente como mantequilla en un sarten, terminando poco a poco en el suelo de su habitación.
Sonrió al sentirse como una legítima princesa al hablar con aquel sujeto, le hacía algo de ilusión almorzar con alguien... Hacía mucho que no pasaba tiempo con otras personas.
Además... Ya estaba algo cansada de esa aura de depresión que la asolaba, era un círculo sin fin, estaba deprimida por estar tan sola, estar deprimida le quitaba los ánimos de hacer lo que fuera y encima como no quería cocinar o salir demasiado, terminaba teniendo una alimentación deplorable basada en productos de la tienda de conveniencia y estando aún más sola que al principio cuando al menos tenía alguna determinación para salir con los que en ese momento habían sido sus amigos.
Pensó en todo ese cambio que se daría, en que sería bueno para ella y podría hacerla muy feliz incluso a corto plazo
Al menos ya no tendría que tragarse esa soledad y la compañía de otras personas en su vida haría que la tragedia que solía acompañarla se disipara un poco.

Devil (Obey Me) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora