❛𝐉𝐄𝐀𝐋𝐎𝐔𝐒𝐘❜ - BTS GREEK GODS AU

deep abyss.

YoonGi llegaba a casa de la mano con su hermana YeJi, hablando de que el pequeño había sacado la nota más alta de la clase.

Después de una cirugía y muchos tratamientos, YoonGi ya se había recuperado completamente y pudo por fin comenzar a vivir su niñez. YeJi, de ahora 9 años estaba muy orgullosa de lo fuerte que era su hermano. Siempre trataba de protegerle de cualquier persona que intentara dañarle. Por la diferencia de edad no podía estar con él tan a menudo, pero en el patio de vez en cuando observaba con quién estaba y si alguien le hacía daño correría a socorrerle. YeJi, desde que se volvió la hermana adoptiva de YoonGi, desarrolló un instinto protector enorme; pues veía a su hermano como un niño inocente e inofensivo que no era capaz de hacerle daño a nadie y mucho menos defenderse de cualquier golpe. Con sus cachetitos gorditos, su piel tan blanca y sus ojos tan oscuros que, según el pediatra, se deben a las bajas temperaturas a las que estuvo expuesto, le hacían parecer una especie de querubín. Su mejor amiga RyuJin decía que era un ángel de la oscuridad por el color azabache de su pelo y sus ojos.

Si bien nadie en el curso de YoonGi le insultaba u ofendía por miedo a su hermana, tampoco nadie hablaba con él. Quizás era su actitud fría hacia los desconocidos o quizás simplemente no querían estar con él; pero siempre que YeJi miraba hacia la esquina del patio donde su hermanito se sentaba cada día, le veía durmiendo solo, acurrucado entre el espacio donde se juntaban los dos muros del colegio.

YoonGi dormía mucho. Mucho, mucho. No le daban ninguna explicación; simplemente dormía. Los médicos llegaron a pensar que ese constante cansancio se debía al coma al que le indujeron al llegar al hospital, pero no podían confirmarlo.

Llegaron a casa y YeJi llamó a la puerta sin soltar la mano de su hermanito, que ya empezaba a lucir cansado; frotando su ojo izquierdo tratando de desperezarse.

YeWon, su querida mamá, abrió sonriente la puerta. Llevaba un delantal y desde fuera de la casa llegaba un olor muy rico de jejuk bokkeum; cerdo con salsa picante. Era una comida que a los dos niños les encantaba.

— Id a lavaros las manos, chicos. — Los hermanos corrieron felices al piso de arriba, al baño que compartían y se lavaron las manos. Al bajar, vieron a alguien más sentado en la mesa del salón. — Sentaos. — Dijo su madre con una sonrisa, y obedecieron, mirando raro al hombre que estaba frente a ellos. — Saludad, no seáis groseros.

— Hola. — Dijeron los dos niños a la vez, extrañados de por qué había un hombre allí.

YeJi lo había pasado muy mal en su infancia por culpa de su padre, y YoonGi nunca tuvo una figura paterna, por lo que nunca se había presentado ningún hombre a su casa y el ver a uno allí se les hacía muy extraño.

La mujer sirvió la comida en todos los platos y se sentó. Bendijeron la mesa y, antes de poder ponerse los niños a comer, YeWon carraspeó.

— Niños. — Los hermanos miraron a su madre, dejando los cubiertos de nuevo en la mesa. — Él es Seung Hoon.

— Hola Seung Hoon. — Dijeron los dos. El nombrado levantó la mano con una leve sonrisa a modo de saludo.

YeWon se recompuso, colocando la espalda recta; parecía inquieta. Respiró hondo y soltó:

— Vuestro nuevo papá.

YeJi caminaba histérica por el cuarto que compartían los dos hermanos; mientras que YoonGi la miraba curioso sentado en el borde de su cama.

— ¡No es justo! ¡Yo no quiero un papá! ¡No otra vez! — Le dio una patada a su cama. El pequeño, asustado, se hizo un ovillo encima de su colchón, tapándose con mantas para tratar de que su hermana no le viera y no le pegara a él, aunque en el fondo sabía que eso era poco probable. — ¡No quiero, no quiero, no quiero! — Repetía al borde de las lágrimas. YoonGi estaba muy confundido. — Si mamá no corta con ese hombre, me iré de casa. — El pálido entonces salió de su escondite a abrazar a su hermana, con miedo de que se fuera y la perdiera. YeJi pareció calmarse con el abrazo de su hermano.