Introducción

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"Si no asumimos individualmente
la responsabilidad de comprendernos
y comprender al prójimo,
no habrá cambio posible."

Laura Gutman

La maternidad y el encuentro con la propia sombra

Desde siempre, nos han vendido una maternidad idealizada, de madres felices y perfectas; con trabajos perfectos, cuerpos perfectos y casas perfectas

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Desde siempre, nos han vendido una maternidad idealizada, de madres felices y perfectas; con trabajos perfectos, cuerpos perfectos y casas perfectas. Con hermosos retoños que no lloran nunca, que no irrumpen el descanso. Bebés accesorio, vamos.

Sin embargo, nadie habla de las platos sucios, de la falta de tiempo o de la ausencia del espejo. Nadie habla del lado oscuro, de la pérdida de identidad, de autoestima, la soledad...

Nadie habla de los que significa olvidarse de una misma, sentirse prisionera, a veces, y nadie habla de lo que sucede cuando las cosas no son cómo deberían haber sido.

Porque las cosas no siempre van bien y el mundo olvida tan rápido...

Este es un pequeño tributo a todas aquellas madres, con o sin hijos presentes, para decirles que es normal; que dejarse caer, a veces, también es un signo de valentía y fuerza.

Y está bien.

También es un tributo al dolor del adiós negado; al hijo cuyo llanto no llegaste a escuchar; a la cuna vacía. A esa estrella que el mundo olvida y niega, pero que tú te niegas a soltar, porque es parte de ti.

Llora. Grita. Chilla. Araña el mundo y grítale al cielo a todo pulmón.

El silencio de las madres (poemario que subo y bajo un par de veces al año)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora