Sweet Talk

970 120 50
                                    

Este es un recordatorio: Todos los cazadores deben ir a la enfermería más cercana para obtener disparos preventivos en preparación para la expedición del continente oscuro.

Sobre una silla en medio de la sala, el pequeño cuerpo de cabellera rubia yacía inerte.

Repetimos. Todos los cazadores deben dirigirse a la enfermería más cercana.

Enfundado en un traje y con la mirada perdida en la pared lisa frente a él, recargando las palmas de las manos encima de las rodillas corvando levemente la espalda.

Este asunto es de suma importancia.

— Oye, aquí estás — Un timbre familiar lo sacó de su transe, alzó la mirada automáticamente sorprendido— ¡Yo, Kurapika!

Saludó el mayor alegre con un guiño, posando la mano izquierda en la cintura y la otra sobre su cabeza aprendas entrando en contacto las puntas de los dedos índice y medio.

Vestía un uniforme de enfermería, consistente de una camisa blanca de cuello alto con la clásica cruz roja en él área de los hombros, debajo de ella una camiseta negra de manga larga y unos pantalones del mismo color.

— No esperaba encontrarte aquí, Leorio — Dijo el kurta volviendo a su inescrutable expresión. Sin embargo, en realidad estaba feliz de ver a su amigo.

— En realidad, no es coincidencia — Rió medio nervioso rascando su nuca — Me habían asignado a otra persona, pero luego vi la lista de pacientes... —

Se detuvo un momento perdiéndose en el debate que se hallaba en su cabeza, al final optó por la vía riesgosa de seguir con el diálogo y continuó, rezando interiormente para no espantar al rubio.

— ... Así que le pedí a tu médico asignado que intercambiara conmigo.

Terminó de decir con algo de temor a la reacción del contrario.

Kurapika se encogió en hombros y lo miró de reojo aún en silencio.

— No podemos dejar que cualquiera maneje a nuestros compañeros miembros del zodiaco, ¿verdad? — Sonrió ladino el estudiante de medicina.

Se cruzó de brazos y suspiró mientras cerraba los ojos — Para variar, supongo que tienes razón — Dijo sin más.

Silencio.

El joven Paladinight de repente se sintió deprimido, al parecer Kurapika no tenía ganas de hablar.

Aunque Kurapika siempre había sido callado, con el tiempo esto fue empeorando, al estar solamente enfocado en su venganza nada más importaba para el Kurta. Y esto bien lo sabía el castaño.

Si bien no significaba que no le doliera, pues era su amigo y se preocupaba por el, más allá de lo que fuera que sintiera por el rubio, si se dejaba consumir por la venganza y odio nada iba a acabar bien para el.

Sacudió la cabeza tratando de apartar los pensamientos negativos que comenzaban a apoderarse de él. No tenía sentido pensar en ello ahora.

— ¡Muy bien! Comencemos, ¿estás de acuerdo? — Rotó sobre sus pies en una media vuelta cortando con aquél incómodo silencio exaltando al menor.

— No sabemos a qué nos enfrentaremos durante la expedición en el continente oscuro, así que tenemos que tomar tantas precauciones como sea posible.

— Entiendo — Asintió algo inseguro viendo cómo el otro se colocaba unos guantes blancos.

Leorio se dirigió a donde el estante de la pared, tomando sus instrumentos de medicina.

Sweet talk | LEOPIKADonde viven las historias. Descúbrelo ahora