Otra Tonta Historia De Amor

El Drama De Una Pareja Enamorada

Tom rio cuando el grupo de gallinas se aglomeró a su alrededor, haciéndolo incluso trastabillar. Metió la mano en el costal de maíz que tenía entre sus brazos y comenzó a esparcir el grano con el que diariamente alimenta a las aves. Mientras serpenteaba entre los hambrientos animales, una fuerte brisa sopló y casi se llevó el sombrero de paja que lo protegía del ardiente sol. Por acto reflejo echó la cabeza hacia atrás para evitar que el sombrero saliera volando y cuando lo hizo, sus ojos se toparon con cierta persona que lo miraba con una clara expresión divertida en sus rostro.

Las mejillas de Tom ardieron de vergüenza.

Odiaba que Chris lo viera así, sucio y mal vestido. Por lo general, siempre vestía las ropas más viejas para trabajar en el campo, estaba descalzo y sus pies y pantorrillas estaban manchadas de lodo seco.

Christopher, es el segundo hijo de Don Craig Hemsworth, el dueño de la hacienda donde Tom vive por pura caridad del hacendado. Es rubio, muy alto y debido a que siempre ha insistido en trabajar codo a codo con los trabajadores de la hacienda, sus músculos se han desarrollado bastante bien. Se conocen prácticamente de toda la vida, ya que Tom llegó al lugar cuando tenía tres años y Chris solo es dos años mayor que él. No debería avergonzarse por su aspecto, ya que crecieron juntos y ya que Tom es un empleado más, significa que ha visto su aspecto desgarbado y sin cuidado durante muchos años, muchos años en los cuales desarrollaron sentimientos románticos el uno por el otro y que solo hasta hace casi un año habían puesto en palabras para finalmente convertirse en una pareja de amantes.

Tom aún no se acostumbra a la idea, le da vergüenza y ya no le gusta que Chris lo vea tan feo, así que se dio la vuelta y caminó muy rápido hacia la casita de madera que Don Craig le había asignado, para arreglarse un poco antes de saludar a su novio, pero el rubio corrió tras él y lo alcanzó cuando pasó por los establos, lo jaló y empujó detrás de una pared, escondidos de cualquier ojo curioso.

Tom sintió los labios de su novio presionando los suyos y se derritió ante el contacto, el saco de maíz cayó al piso y envolvió los brazos en el cuello del grandote, dejándose llevar por un beso ardiente que le hizo temblar las rodillas.

"¿Por qué siempre estás huyendo de mí? un día de estos terminarás por herir mis sentimientos" dijo Chris ceñudo, una vez que el beso se rompió.

"No estoy huyendo de ti" Tom bajó los brazos y comenzó a jugar con su cabello "Solo iba a ir a cambiarme"

El rubio rodó los ojos, cansado de la misma excusa "Ya te dije que no me importa que no estés arreglado, ni la ropa que estés usando, aunque..." Se acercó y susurró en su oído "... prefiero verte sin ropa sobre mi cama o en los fajos de paja cuando lo hacemos en el establo"

"Cállate, idiota" siseó Tom, mirando por encima del hombro del rubio.

"Nadie nos va a escuchar" le restó importancia Chris, al fin y al cabo la única persona importante para ellos ya sabía sobre su relación. Don Craig lo había visto salir de la habitación de su hijo una mañana, con sendos chupetones en el cuello. El agradable hombre rio y luego le dijo a Chris que no le importaban sus preferencias sexuales, al fin y al cabo Luke, su hijo mayor, ya le había dado nietos y Chris trabajaba arduamente en la hacienda. Era un buen hijo que merecía ser feliz con quien él quisiera y Tom era demasiado bonito para estar en contra de él.

Tom le dio una crítica mirada y luego se encogió de hombros "¿No deberías estar en el pueblo recogiendo a tu amigo?"

"Ya fui, no estaba y me regresé" Chris rio ante la ceja levantada "¡Lo esperé durante diez minutos y no llegó, tengo cosas más importantes que hacer acá!"

"¿Cómo cuáles?" preguntó divertido, sabiendo que su padre le había pedido que no trabajara hoy para que pudiera atender a la visita.

"Pasar tiempo con mi dulce amante"