Un encuentro poco común

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Yulia se encontraba caminando por la acera de noche, estaba tranquila, aún sabiendo que ya era casi imposible ver a lo lejos, puesto que sólo la luna y unos postes de luz eran lo que alumbraba por donde ella caminaba, nunca le había dado miedo la oscuridad, incluso le relajaba la tranquilidad que se respira a esas horas que ya pasaban de las 10 pm.

Ella era una chica consciente de lo que pasaba en su vida, era muy observadora e intentaba fijarse en todos los movimientos de su alrededor  cada que se encontraba sola y aún más cuando era de noche, tenía unos sentimientos muy puros y su franqueza a veces era un poco cruel, era tímida y casi no tenía amigos por esa timidez, también era muy inteligente a sus 20 años vivía sola, en un departamento en la ciudad de México pero por motivos de trabajo tuvo que trasladarse a Moscú, Rusia por un par de meses, aunque en realidad podría quedarse más tiempo ya que le gustaba mucho la ciudad, el frío y la tranquilidad que se respiraba era para ella incluso un paraíso.

Ella era alta y delgada, tenía el cabello corto y de color negro era un poco morena y sus ojos de un azul cielo, sus labios eran delgados y de un rojo carmesí, sus pestañas eran largas y sus cejas delgadas. No le gustaba maquillarse, tenía una belleza natural que no necesitaba arreglo alguno.

Iba pasando por un parque cuando escuchó un ruido, esto la alertó porque ya no pasaba nadie a esas horas, cuando vio salir por en medio del parque a una chica pelirroja, la chica tropezó y cayó al suelo, Yulia fue auxiliarla, la pelirroja no se había dado cuenta de la presencia de la morena, que cuando se le acercó para ayudarla se sorprendió y se alejó

-¿Te encuentras bien? - Preguntó Yulia un poco desconcertada por su reacción

-No...- Contesto la pelirroja con la voz entre cortada y mirando al suelo intentando contener las lágrimas.

Yulia se le quedó mirando a la cara, pero poco a poco fue bajando la vista, no se había percatado en qué estado estaba la chica, se encontraba con una blusa sin la mayoría de los botones, como sí en un forcejeo los hayan tirado, no tenía ninguna falda o al menos un pantalón que cubriera su parte intima y algo de sus muslos, Yulia se preocupó y volvío a preguntar:

-¿Qué te ha pasado?, ¿Necesitas ayuda?

-Estoy... Bien - dijo la pelirroja poniéndose de pie, tenía las rodillas ensangrentadas por la caída, empezó a caminar pero poco, después se tambaleó y volvío a caer. Yulia fue a detener su caída. La tomó de la cintura y pasó uno de los brazos de la pelirroja por su cuello.

-¡Te he dicho que estoy bien! - Protestó la pelirroja, intentando safarce 

-Tus rodillas... - La chica bajó su mirada y vio sus rodillas llenas de sangre y tierra

- Déjame curar tus heridas y que te preste algo de ropa, mi departamento no queda muy lejos de aquí - Finalizo Yulia y la chica solo se quedó callada y aceptó con la cabeza su ayuda.

La última soluciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora