¿El final?

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Yulia... yo... -Trago saliva -Yo te quiero, se es muy precipitado todo esto, se que apenas nos conocemos pero hay algo en ti que me ha hecho enamorarme, tal es tu forma de ser conmigo, tu actitud o simplemente tus sentimientos, no lo sé, pero me gusta esto que siento cuando estoy contigo, esta protección y cariño que me brindas me hace sentir tan amada, tan feliz que no se como describirlo, no me quiero separar de ti Yulia eres lo único que tengo y que necesito, por favor, por favor di que me apoyas - Los ojos de la pelirroja se cristalizaron, Yulia no sabía que decir, compartía los mismos sentimientos que Lena pero no su forma de pensar, para que la pecosa se realizara un aborto

-Lena ... yo también te quiero pero no, no quiero que te practiques un aborto, yo te ayudaré a criarlo a cuidarlo, estaremos bien nosotras dos juntas con el pequeño, los cuidaré ambos pero déjalo vivir - Suplico la morena mirando a Lena a los ojos, ambas tenían los ojos llenos de lagrimas intentando retenerlas, sin éxito alguno, unas cuantas se habían escapado e hicieron su camino por las mejillas de las chicas

Lena abrazo a la ojiazul cruzando sus brazos por el cuello de esta, acercando peligrosamente sus rostros, la morena fue quien corto toda distancia que aun existía entre sus labios, fue un beso lento, suave y con amor, fue apenas un rose, un beso tan pequeño que el tiempo se detuvo para poder apreciar aquella muestra de amor tan repentina, tan deseada, tan rápida

La pelirroja se separo levemente de los labios de la morena, aun sintiendo su respiración combinarse con la suya y con un pequeño susurro entre sus labios pronunció aquellas palabras que serian su huida.

-Perdón, yo no puedo tener a este bebé

-Pero... - Un nuevo beso aun más rápido que el anterior fue a caer a sus labios proclamando el silencio nuevamente

Lena la soltó, tomo su bolsa y salió corriendo, la morena la persiguió pero la perdió entre la gente, no supo hacia que dirección ir cuando el tumulto de gente se hizo aun más grande.


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Lena se encontraba afuera de una clínica privada para abortar, entró con un poco de miedo, insegura del paso que estaba por dar, no quería perder a Yulia y sabía que si continuaba con su decisión perdería a la morena tan rápido como la conoció, algo tan fugaz, tan intenso pero tan corto que dolía, pero tampoco pretendía tener un niño que no había deseado, que no sería amado por ser un recuerdo constante de violaciones, quería una vida nueva, quería dejar su pasado y con un niño haciéndole recordar todo no podría vivir, se encontraba entre la espada y la pared, por una parte deseaba estar con Yulia, pero por otra no quería al niño, ¿Qué hacer? si cualquier decisión tomada te hará arrepentirte.

Se acerco a la recepción aun dudando de aquello, dio sus datos y el único número que tenía de la ciudad, el del departamento de Yulia que según la señorita que la atendió se necesitaba para cualquier emergencia, Lena entendió que no había nada de que preocuparse, el número solo se utilizaría si la tarjeta no pasaba, no había razón para tener miedo, ¿No?

La intervinieron después de 2 horas de espera, tras 5 horas en la sala de intervenciones todo terminó

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Yulia se encontraba sentada en el sillón de su sala intentando comunicarse con Lena, una, dos, cinco llamadas y todas directo al buzón, tal vez Lena se había molestado por lo que ella le había dicho, tal vez solo necesitaba tiempo para asimilar todo, tiempo para estar sola y darse cuenta de su error.

La morena se hacia pensar así misma, no quería entrar en un ataque de pánico, estaba tan preocupada por Lena que todas las ideas de lo que pudo haber hecho que la pelirroja huyera ya habían pasado por su mente y era momento de tranquilizarse a si misma o terminaría llamando a la estación de policía, a los bomberos, militares, marinos, algo o alguien que ayudara a saber donde podría estar la pecosa.

Al poco rato el teléfono de la casa suena, asustando a la ojiazul en el proceso

-Bueno

-Sí, buenas noches, ¿Se encontrara la señorita Volkova? -Le dijeron al otro lado del auricular

-Si, soy yo, ¿qué desea? - Preguntó la morena

-Bueno le llamamos de la clínica "La última solución" una clínica especializada en el aborto legal aquí en el Distrito Federal, ¿Es usted familiar de la señorita Katina?

-Sí, soy su pareja, ¿Qué pasó? ¿Se encuentra bien? - La morena se angustió cuando mencionaron el apellido de Lena

-Bueno ... vera, ella vino a practicarse un legrado a la clínica, le habíamos hecho los estudios necesarios, todo estaba bien en ella, pero la paciente se encontraba con varios desgarres internos que fueron provocados por su actividad sexual, nosotros no pudimos anticipar aquello, nos tomo de sorpresa su estado ... la cirugía se complico y ... -

-¡¿Y qué?! - Grito Yulia desesperada

-Lo sentimos señorita Volkova, la clínica se hace cargo de los gastos del fun... - Yulia ya no escuchaba más, había dejado caer el teléfono al suelo, la morena estaba en estado de shock, no podía creer que la persona que amaba ya no estuviera viva... La ojiazul se dejó caer, todo rastro de sangre en su rostro había desaparecido, sus labios estaban pálidos, sus manos temblaban, su mente estaba en blanco y ella solamente lloró, como hace años no lo hacía, lloró como cuando su padre falleció dejándola sola... Sola estaba nuevamente...

Yulia ya no tenía ganas de nada, habían cremado el cuerpo de Lena y después del velorio, Yulia llamo a la madre de Lena para darle la noticia, su madre se destrozó ante la noticia, la morena solo escucho los sollozos de aquella mujer, no le dijo nada, no podía, no sabía, ni ella misma sabía como animarse, todo era tan oscuro, tan triste, tan deprimente.

La ojiazul se hallaba sentada en el sillón mirando el techo, mientras las lágrimas recorrían su rostro, no comía, no salía, se encontraba deprimida, hace tiempo que no se encontraba así, recordó la vez que su padre falleció se puso igual, incluso peor de lo que estaba en esos momentos, ella misma había salido de aquel sentimiento apoyándose en su trabajo que la mando a Moscú, fue cuando ella entro en su vida, cuando ella la lleno de vida nuevamente, ella nunca lo supo pero cuando estaban juntas Yulia podía sentirse bien, estaba feliz, aquella chica la había salvado del infierno de su vida, de la soledad, de ella misma, pero todo lo bueno termina y toda persona que te ayuda, también te hunde más y este fue el caso, Lena le dio vida a la morena, pero también se la había llevado con ella.

Estaba nuevamente con la soledad que siempre sintió y odió, ya no quería seguir viva, ¿Qué caso tenía? si todo lo que amaba le era arrebatado de la forma más cruel que pudiese imaginar y merecer, ella no sabía que había hecho para merecer aquello, pero dolía, dolía mucho estar sola, llorando y sin un consuelo.

La morena recordó tener pastillas para dormir en su mesita de noche, con una fuerte dosis podía dejar de sufrir y reunirse con aquellos que se habían adelantado. Esa fue su última noche que pasaba llorando.

Se paró del sillón, aquella chica parada en la oscuridad no era ni la sombra de lo que un día Yulia solía ser, sus ojos apagados, sus labios resecos, delgada totalmente, sucia, con lágrimas secas en su rostro y ojeras bajo sus ojos, caminó con paso lento a su recamara, se sentó en el colchón y abrió el cajón de su mesita, saco las pastillas y todas las que le cupieron en la mano fueron las que iba a tomar, ella lo dudo unos minutos, suspiro y trago las pastillas, tomo el vaso de agua y lo bebió.

Al día siguiente el departamento se encontraba en un silencio sepulcral.

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Nota de la autora:

Gracias a todos los que leyeron mi historia, se que fue corta, pero apenas fue un pequeño proyecto, espero que les haya gustado y pronto subiré alguna historia nueva, gracias nuevamente por leer mi historia

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