Capítulo 4.

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"Descubriendo maravillas en las nuevas etapas"

La pequeña barriguita del rizado cada vez era más notoria. Iba en el sexto mes de gestación, y por lo que el médico le dijo se trata de un niño. No pudo evitar llorar al escuchar eso, además de estar feliz porque su pequeña nubecita estaba en perfecto estado. Todo iba marchando de maravilla en varios aspectos de su vida, no podía sentirse más agradecido por eso.

Krystal lo cuidaba demasiado, la beta podría llegar a exagerar en algunas ocasiones al punto de impedirle hacer ciertas cosas. Harry a veces no sabía si reír de ternura o llorar por ser limitado. La mayoría del tiempo se la pasaba comiendo pequeñas golosinas que la beta le conseguía en sus idas a cualquier lado, o que él mismo compraba.

Algo que le había molestado en los últimos meses -pero que ya estaba pasando- era el aroma de las flores, la mezcla de todas éstas le causaban náuseas. Cuando Krystal notó eso pegó el grito en el cielo, lo mandó a su casa y le dijo que no regresara hasta que eso pasara. Harry terminó con la nariz roja y la cara empapada porque no quería irse de "vacaciones", con eso convenció a la beta quien suspiró con sus hombros cayendo. "Bien, pero al primer síntoma negativo irás a casa y descansarás" se rindió.

-¿Y bien?- salió a recibirlo la ojimiel y lo fundió en un afectuoso abrazo, la nariz roja del omega se frunció en un gesto de ternura.

-¡Es un niño!- dijo y la beta gritó de felicidad, sus ojos se llenaron de lágrimas. Se adentró en la florería. Un omega pelinegro salió corriendo y tropezando al escuchar el gritó, Harry rió suavemente lleno de ternura- ¡Matt, será un niño!

Los siguientes días se limitaban a llegar a la florería y sentarse en la espera de clientes. Saludar, cobrar y despedirlos con una sonrisa. Claro, menos cuando alfas idiotas se le insinuaban o le decían cosas sólo por ser un omega sin lazo en espera. Ahí simplemente se limitaba a no decir nada y entregar la compra.

Al final de la semana 24, Harry empezó a pintar -con ayuda de la beta y el omega- la habitación de su cachorro. Unas paredes en tono azul pastel y pequeñas nubes eran apreciadas orgullosamente por el rizado. Unas cortinas de encaje blancas adornaban la ventana, sólo faltaban los muebles pero esos los iría incluyendo poco a poco.

"Muy bien, hemos llegado al tercer y último trimestre. El séptimo mes consta de la semana 25 a la 28. El embarazo ha avanzado, pero ojito, aquí aumentan las molestias físicas y vienen cambios importantes para el bebé.

Durante todo el séptimo mes de embarazo, el bebé completará un extenso programa de ejercicios: al principio, el espacio en el vientre de la madre es suficiente para ello, pero poco a poco se va estrechando. Durante los períodos de descanso, a menudo permanece en la llamada posición fetal con las rodillas encogidas, la cabeza inclinada hacia el pecho y los brazos cruzados"

Harry leyó con su mano posada en el vientre, una pequeña sonrisa se hizo visible en su rostro. Para ser sinceros, el embarazo no era todo color rosa pues había altibajos pero su consuelo era saber que su pequeño cachorro estaría bien y que cada vez faltaba menos para conocerlo. Y claramente no todo sería perfecto, pero daría lo mejor de sí para que la felicidad siempre esté presente en su hogar.

"Por otro lado, la cantidad de sangre materna y la cantidad de líquido amniótico aumenta de nuevo a partir del séptimo mes. El líquido amniótico se reemplaza ahora completamente cada dos horas, lo que significa que beber mucha agua es aún más importante que antes.

Muchos omegas sufren ahora más de dolores de espalda, dolor de coxis y síntomas ciáticos. En caso de fuerte lordosis, la molestia se intensifica; una postura corporal lo más recta posible amortiguará un poco la tensión. Las «piernas cansadas» son ahora más frecuentes y notables que antes: poner las piernas en alto, geles fríos, cremas especiales y masajes alivian dichas molestias"

Leyó con mucha atención, anotándose mentalmente el tomar agua suficiente para el cambio que se aproximaba. También el investigar cómo calmar esas molestias que vendrían junto al séptimo mes. Ató sus rizos en un chongo algo suelto, y siguió leyendo antes de caer dormido.

───«☁︎»───

El estado anímico del ojiazul había mejorado mucho en los últimos meses, su pequeña alfa ya no era tan pequeña. En la última visita al pediatra le dijeron que medía 66 centímetros, y estaba en perfectas condiciones de salud a pesar de no haber tenido a su madre.

Ahora sus únicas prioridades eran terminar su carrera -en la que por cierto, ya se encontraba en último semestre- y que su pequeña esté bien. Gracias a su madre y a las clases prenatales que tomó, pudo lidiar sin problema alguno con su cachorra.

"El bebé de siete meses está deseando que le hablemos y nos comuniquemos con él. Es importante mantener un diálogo continuo con el pequeño, para hacer más intensa nuestra relación con él, y más cariñosa, además de ayudarle a adquirir mejor el lenguaje.

Le encantará imitar nuestros gestos y se divierte con muecas o aplausos. También sabe mandar besos y disfrutará haciéndolo. La comunicación es su gran pasión"

-Estelle, pequeña, chiquilla bonita. Cada día estás más grande, y eres muy inteligente- murmuró cariñosamente a su cachorra, quien lo vio y comenzó a reír estirando sus pequeños brazos hacia el alfa. Louis sonrió, amando el sentimiento de tener a su pequeña a su lado. Maravillado por la mezcla de emociones positivas que le surgían al estar con su hija.

Tarareó una suave melodía que hizo a su pequeña verlo fijamente con sus grandes ojos color miel. Sonrió mostrando sus pequeños dientes inferiores, dando una tierna imagen. La omega ojiazul sonrió encantada viendo a su hijo y a su nieta en esa conmovedora escena, no dudando en tomar una foto del recuerdo.

Hace casi tres semanas que su pequeña alfa había iniciado la alimentación complementaria (no sustituyendo la leche) pues su pediatra dijo que si lo hacía después podría tener alergias o carecer de ciertos nutrientes, cosa que alarmó al alfa ojiazul y rápidamente se informó para evitar cualquier alteración en su pequeña.

Por eso, cuando estaba dándole la papilla de manzana a Estelle no pudo evitar observarla maravillado. Las primeras semanas -incluso meses- fue difícil verla sin sentir esa presión en el pecho a causa de la ausencia de Haru; muchas veces terminó con lágrimas en los ojos por imaginar a su omega junto a él cuidando de la pequeña alfa. Ahora, aunque el dolor sigue presente, su vida continuó con normalidad -o eso intentaba- disfrutando estar con su cachorra.

A pesar de ser un alfa siendo padre sin su omega, nunca recibió críticas por ello. Siempre fueron palabras de aliento, felicitaciones y hasta propuestas; pero él estaba consciente de que no todos los casos eran así, por lo que siempre que podía defendía a omegas indefensos de aquellos alfas déspotas aprovechados de la situación que pasaban. Aún recuerda el olor a miedo que su madre emanaba cuando algún alfa se le insinuaba, y el cómo ella sostenía fuertemente su pequeña mano.

"A los siete meses, los bebés ya tienen cuatro de las cinco fases del sueño, sin embargo, durante esta etapa aún es común que se despierten por las noches. A esto, se le llama micro-despertares, que a menudo pasan a ser directamente un despertar, algo que también nos pasa a los adultos, pero al tener nuestras cinco fases del sueño, tenemos mayor facilidad para volver a dormir" leyó y observó a Estelle dormir, sonrió involuntariamente y acarició delicadamente su espalda. Cada vez se sentía más feliz de ser padre de su linda cachorra.

───«☁︎»───

Holaa, crayolas¡! ¿Qué tal? Aquí con un nuevo capítulo.

Les extrañé. Abrazo de osOo.(. .)

and it's my place now if i got you. lwt+hesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora