Un paso más. Estoy aquí. Han pasado tres días. Pero necesito verte. Necesito hablarte, y aunque me odies, necesito escucharte. Las ventanas están cerradas. Me conoce lo suficiente como para saber que entraría por ahí. Así que intento abrirlas por afuera, parado en su balcón. No me importa absolutamente nada. Hoy he venido por ti gatita, a recuperarte. Y lo hago. Abro las ventanas por fuera y las expando. Puedo olfatear el dulce olor de su habitación. Dulce y frutas. A ella. A mujer. Me fascina. Me encanta. Me hace desearla muchísimo más. Me hace preguntarme… ¿Cómo es que he sobrevivido estos tres días sin ella? Entro un poco más, las luces están apagadas. Cuando volteo a divisar su cama, las luces se encienden de repente… y está ella, mirándome completamente sorprendida puesta de pie en la puerta de su habitación.
Nos quedamos callados. Ninguno sabe que decir. Jodidos nervios. Pero está preciosa. Me sigue mirando desconcertada con esos ojos que me ponen tanto. Y esa boca. Esa boquita que he comido muchísima veces no hacen más que tensarme. Y no es raro. Han pasado tres días desde que no le ha visto si quiera. Desde que me he tratado de alejar. Pero sigo aquí, sin poder hacerlo.
- ¿Podemos… podemos hablar? – le pregunto y bajo la mirada. __________________ retrocede un par de pasos más.
- No puedo… lo siento. – se niega ella. Me doy cuenta de que esto va a ser mucho más difícil de lo que creía. – te dije que…
- Quiero hablar contigo, por favor. – le ruego. Mis ojos miran los suyos. Y no puedo evitar mirar sus labios fijamente. Me gustan tanto.
- Yo no. – vuelve a negar y cierra los ojos con fuerza para volverlos a abrir después de un segundo. – quiero que te vallas de aquí ahora mismo. – me dice fría. Pero conozco muy bien esa actitud. Solo trata de evadirme.
- ¿Por qué? – la reto.
- Porque tengo aquí el número de la policía y…
- Llámala.
- ¿Qué…
- Llámala, no me interesa. – me acerco a pasos firmes hasta su cuerpo. Está temblando, así que sube un poco más la mirada para encontrarse con mi rostro y mis infinitas ganas por comerme sus labios. Niega con la cabeza y vuelve a retroceder.
- Tú mismo te estás buscando esto…
- Estoy aquí porque quiero hablar contigo, y lo voy a hacer, así esté encerrado en una jodida celda.
- ¿Por qué haces esto? – me pregunta. Sus ojos empiezan a brillar.
- No sé de qué otra manera demostrarte que me importas. – me acercó un poco más a ella.
___________________ vuelve a retroceder, chocando con la puerta de su habitación.
- ¿Lo dices ahora después de haberte burlado de mí?
- Yo nunca me burlé de ti. – levanto la voz y ___________________ hace lo mismo.
- Siempre lo hiciste.
- ¿Te parece que estaría aquí si no sintiera algo por ti? – le pregunto. Me jode muchísimo que no sepa cuánto me gusta. Cuanto y que es lo que siento por ella.
- ¿Y te parece que voy a creerte después de que me has engañado todo el tiempo?
- ¡Yo no te engañé! - grito esta vez . _________________ mira mis ojos. Por fin lo ha hecho. Eso aumenta mis posibilidades. Mojo mis labios y me acercó un poco… solo un poco más ella.
____________________ no puede retroceder más y se da cuenta. Voltea y vuelve la vista hacia mí. – estoy enamorado de ti, ___________________. No mentí nunca sobre eso.
- Pero…
- Tenían que pasar estos tres días para darme cuenta de lo que realmente siento por ti. – susurro. Estoy tan cerca a ella que puede escucharme con facilidad. Lentamente, mis manos cogen su cintura y se acomodan en ella. ___________________ suelta un gemido en desacuerdo. Pero no le prestó atención.
Nos miramos. Ya podemos sentir el aliento del otro. Suavemente, las manos de __________________ tocan mis brazos acoplándose a ellos. Sus manos me ponen. Su piel, su olor, su cabello, todo hace que me excite de una manera descomunal. Trago saliva.
- Te necesito. – le susurro. ___________________ tiembla, pero a la misma vez, acaricia mis brazos. – te amo ___________________________.
Levanta la mirada y abre lentamente sus labios. Yo mojo los míos. Siento que necesito besarla. Saciar el enorme deseo que tengo por hacerlo.
- Yo no… - me dice ella. Me trago sus palabras.
- ¿No?
- No V, no siento nada por ti.
- ¿Entonces porque no has llamado a la policía todavía?
Nos miramos de nuevo. Sabe que tengo razón y baja la mirada al sentirse atrapada por mis palabras.
- ¿Crees que esto es sencillo para mí? – me pregunta.
- Voy a cambiar mi amor. – mi piel se eriza. Es la primera vez que llamo a alguien de esa manera.
- No me llames así…
- Perdona.
- Quiero la verdad. – me mira a los ojos. Sé perfectamente que está hablando muy enserio. Así que asumo sus palabras con seriedad. - ¿Cuántos… cuantos bancos has robado?
Me lo pienso y trato de recordar.
- Cuatro. – respondo. Y siento que jamás había sido tan sincero con alguien. ________________________ suspira. Estoy nervioso.
- ¿Has… has matado a alguien? – muerde sus labios.
- Nunca. – le digo la verdad. – pero me han entrenado para eso.
Volvemos a mirarnos. Tiene más dudas.
- ¿Te han entrenado?
Asiento con la cabeza.
- No pienso mentirte de nuevo. Te lo juro. – coloco una de mis manos tras la curva que une su espalda de su bonito cu.lo. La atraigo hacia mí. ______________________ suelta otro leve gemido.
- V no…
- Te he extrañado…
- Suéltame. – me susurra. Lo curioso es que no hace nada para soltarse de mí. Lentamente levanto la mirada y me encuentro con sus labios a pocos centímetros de los míos. Y se los beso. __________________ no mueve los suyos, pero yo se los abro con ayuda de los míos y los mueve suavemente sobre mi boca. Pero no dura mucho. Ella empieza a mover sus labios más rápido también. Y me gusta. E introduzco mi lengua, moviéndola con la suya. Ahora es ella quién está apretando mi cuerpo hacia el suyo. Puedo sentirla. Puedo sentir su energía sobre mí. Mis labios bajan poco a poco sobre su cuello. Una mordida. Quiero comérmela toda. De pies a cabeza. Mi boca se humedece de solo pensarlo de esa forma. Y continúo. Mientras mis manos se pasean por todas sus caderas, su espalda, hasta llegar a sus nalgas. Provocativas y excitantes. Me tensa más. Adoro tocarla. Y había extrañado hacerlo. Mi torso aprieta sus senos. Abro un poco los ojos para observar como estos se juntan bajo el beso que no estamos dando. Y me despego de ella suavemente para poder estampar mis labios en uno de sus redondos senos. Mi lengua interviene. __________________ suelta un gemido con mi nombre y tiende la cabeza hacia atrás.
- Te amo, gatita. – susurro. Ella acaricia mi cabello como respuesta. Entonces decido pegarme un poco más a su cuerpo. Hacerle notar todo lo que me está haciendo sentir. Mi erección se pega a su vientre. Otro gemido. La erección crece más. ________________________ muerde sus labios y puedo notar que todo lo que siente por mi sigue intacto. Le gusto. Me quiere. Me ama. Me desea. Mis manos bajan desesperada tocando su estómago… hasta llegar a su vientre. Mis dedos se pasan por él y bajo un poco más… abriendo sus shorts y llegando al principio de sus braguitas. Abro. Mis dedos se introducen. Y muero de ganas por tocar su humedad. Por sentir lo mojada que está…
- No. – me dice aun conservando los ojos cerrados. Mi respiración está acelerada. No sé si podré contenerme. Estoy erecto. Duro. Excitado. Tanto… que apenas puedo razonar lo que voy a decir.
- Quiero seguir siendo ese mismo hombre perfecto para ti. – beso sus labios una vez más. ____________________ acaricia mi abdomen por debajo de mi sudadera. – no voy a fallarte de nuevo.
Me mira. Sonríe ligero. Pequeño. Si no la conociera tan bien, no podría notarlo. Baja la mirada y noto sus ojos humedecidos mirar los míos.
- Quiero pensar esto. – me sugiere y me besa lentamente. Me excito una vez más. Esto es muy fuerte. Al menos va a pensarlo. No todo está perdido. No todo. Ella no.
- Está bien… gatita.____________________________________________________________________________
TaeTaeV