- ¿Irnos? – preguntó ella, entreabriendo los labios. Dando a entender su inmensa sorpresa. No podía creer que aquello que ambos estaban teniendo, se estuviera convirtiendo en algo cada más grande.
- Sí. – respondió V. Tenía los nervios en la garganta. Con ella experimentaba cosas tan extrañas. Cosas que nunca había experimentado antes. Como ahora, que no podía con sus propios sentimientos. – quiero... te juro que quiero irme contigo _______________, y sé que es apresurado, porque probablemente tú...
- ¿Yo qué?
- Tú no confíes en mí. Y te entiendo.
- Pero...
- Déjame hablar a mí. – le pidió. ____________ asintió. Los preciosos ojos marrones de V brillaron en la oscuridad. Buscó las palabras adecuadas. Quería y deseaba con toda su alma irse con ella a donde le pidiera. – Sé que tienes a muchos hombres detrás...
- ¿Qué...?
- Y también lo entiendo. Eres preciosa, inteligente, divertida y... y tan... - tragó saliva e intentó no desconcentrarse mucho con lo que le iba a decir. – tan jodidamente buena en la cama...
- ¡V!
- Y todo eso te hace perfecta.
Las mejillas de ella enrojecieron repentinamente. Sabía que tenía la mirada de V fijamente en ella y en su rostro.
- Y me gustas. Desde el primer momento en que te vi lo supe. Pero soy muy idiota y... cometí errores. – tragó saliva y apretó un poco los labios. Sentía su corazón abrirse y perpetuar sus pensamientos en aquellas palabras. – te quiero mucho. Y no deberías dudarlo, me he peleado con muchísima gente por ti, y lo haría mil veces. Te lo juro, no me arrepiento de nada.
- V por favor... - susurró ella. Cada letra que salía de la boca de V, solo hacía desearlo más y más.
- Te amo. – apretó un puño debajo de las sábanas, así ______________ no notaba lo tenso que se encontraba. - Pero no lo supe hasta después de sentir que te perdía para siempre. – ella sonrió tímidamente y se acercó a los labios de V para besárselos. –y quiero que seas mía. – ambas miradas de tocaron, al igual que sus labios. Varios segundos de silencio entre los dos, donde solo podía escucharse el sonido de sus labios jugando entre ellos. V se separó. – que voy a cambiar... y que no voy a dejar que otro tipo, de esos que mueren por ti, te saque de mi vida.
_________________ soltó un suspiro. Sus ojos bajaron la mirada y se dedicó a pensar en su respuesta. Pero V continuó.
- Voy a dar todo de mí para cambiar, gatita. – insistió una vez más. La piel de _______________ se erizó por completa al oírlo llamarla así. Cuánto le gustaba, solo viniendo de él.
- ¿Y si... y si algo sale mal? – preguntó ella con un hilo de voz.
- ¿Cómo qué? – le respondió él, acoplándose a sus susurros. Le acomodó un mechón de cabello y se quedó un buen rato mirándole los labios.
- También hay muchas mujeres que mueren por estar contigo, V, y yo...
- ¿Tú qué? – sus dedos recorrieron lentamente la piel de __________________. Erizándola a cada paso que daba. Así, hasta llegar a su cuello. Se lo tocó. Suave. Tan tercio. Deseaba tocarlo mucho más con sus labios.
- No quiero que...
- ¿Crees que te engañaría?
- La verdad sí... - dijo y sonrió al ver el semblante de V.
- ¿Es enserio _______________?
- Pero no te ofendas.
- Acabas de decirme que has besado a Jimin, pero yo soy el infiel.
- Fue un accidente, mi amor. – se le acercó un poco más, chocando su nariz con el mentón de V.
- Yo también puedo tener accidentes.
- Lo vez.
- No te engañaría.
- Lo dices ahora...
- Vale, no me creas, todo bien. – se cruzó de brazos e hizo que _____________ se despegara de él en el acto al ponerse boca arriba.
________________ se rio bajito, aun así V pudo escucharle.
- ¿Te has molestado?
- No.
- V...
- Si piensas que soy un mujeriego, te equivocas. – volteó la mirada y encontró con una ________________ sarcástica mirándolo también. – tal vez sí lo fui... pero no más.
- Y yo te creo.
- Si te vas conmigo... - volvió a colocarse de costado para poder pegarse a ella. Esta vez mucho más cerca. Tanto, que pudo rozar sus labios lentamente contra los de ___________________. Suave. Un tacto preciso y excitante. – no voy a fallarte.
Ella le besó los labios. V abrió un poco más la boca y decidió morder el labio inferior de _______________ y estirarlo lentamente. Dejándolo libre, volvió a comerle la boca con todas sus ganas. Esta vez apretando su pequeño cuerpo entre sus manos y haciéndolo cada más suyo. Un gemido se apoderó de la noche, proveniente de ___________________.
- Te quiero solo para mí, gatita... solo para mí... para nadie más...
- Y yo... - le correspondió ella, ligeramente agitada.
- Vámonos juntos, lejos, que nadie nos encuentre nunca. – le propuso una vez más.
Una vez más ________________ trató de pensar la respuesta que le daría. Una que haría que su vida cambiara para siempre. La propuesta más tentadora que no había recibido jamás.
- Sí... - susurró primero. – Acepto... - dijo más fuerte. – quiero irme contigo. – le apretó las mejillas y le besó los labios tan suavemente como pudo. – llévame lejos de aquí, V.
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TaeTaeV