El CD puesto en la grabadora. El volumen alto, acompañado con el silencio de la noche. Pero no importaba. Parecía como si el mundo hubiera desaparecido. Y era exactamente lo que había pasado.
____________________ cerró los ojos. Una vez más, V se había introducido en su cuerpo completamente. Sus manos le abrazaron la espalda, marcándola con la fuerza de sus dedos y la presión que adquirían ellos al ser penetrada por él. Un gemido de la boca de ___________________. Los labios de V besaban su cuello suavemente pero también salvaje. Sus manos la tocaban sin importar los límites. Las sábanas se habían corrido. Estaban desnudos. Tocándose y besándose como en ninguna noche anterior. Ambas respiraciones agitadas podían escucharse también. Al ritmo de la música. V también soltó un gemido. La presión de todo ese momento lo hacía excitarse aún más. Pero no podía controlarse. Al contrario, sus labios empezaban a recorrer espacios que nunca antes había logrado probar en el cuerpo de ella. Presionó una vez más y salió de ella. Volviendo a entrar con fuerza. Moviéndose sobre su cuerpo. Llenos de gemidos. Jadeantes. Gritando fuerte cada pequeña cosa que sentían. Entrelazaron las manos y bajó poco a poco por su cuerpo. Llegando a su cuello. A su pecho. A sus senos. Probando uno de ellos y metiéndoselo a la boca como un delicioso caramelo. Sintió como __________________ le abrazaba la cintura con las piernas. Se las tocó. Acariciando sus muslos totalmente hambriento. Era totalmente deliciosa. Cada centímetro de su pequeño cuerpo. Bajó un poco más en ella, logrando así llegar su vientre. Chasqueó la lengua y subió la mirada para dedicársela a ____________________. Se miraron. A pesar de la oscuridad de la noche, las miradas no perdían su color. Eran las mismas, picantes, tan propias de ellos. Besó el vientre de ____________________ mientras esta ser retorcía y elevaba las caderas como agradecimiento, solo haciendo que la boca de V se viera alentada a continuar con lo suyo, pero más intensamente. Así que lo hizo. Tocó el monte de Venus con la lengua. Sin embargo él sexo de ______________________ estaba lo suficientemente sensible como para recibirla. Por su parte, hizo la cabeza para atrás, deseosa de escucharlo jugar con su lengua haya abajo. Poco a poco fue sintiendo como las manos de él le tocaban la espalda y le abrazaban las caderas, sin dejar que sus labios se contuvieran en besarla. Al contrario, era su bocado favorito.
- Eres deliciosa... - dijo al regresar a su misma altura. Besó su cuello. Su mentón. Sus mejillas. Todo en ella hacía que su cuerpo se volviera vulnerable.
- ¿Me has perdonado ya? – logró preguntar ella.
- Sí, yo creo que sí. – sonrió y se inclinó un poco hacia adelante. – pero no voy a aceptar que vuelva a pasar ¿lo sabes?
- Sí, mi amor. – la miró sutilmente desde abajo. Aquello no hizo más que tensar a V de nuevo.
- Cuando te vi sabía que esto pasaría... - le besó le boca, aun estando sobre ella.
_____________________ le abrazó el cuello, elevando sus senos y haciendo que choquen sobre el pecho de V. Una erección rápida. Un beso. Varias caricias.
- ¿Qué? – le preguntó ella.
- ¿No me recuerdas?
Entrelazaron sus piernas y a la misma vez las sábanas.
- ¿Debería? – sonrió y le besó una mejilla.
- Deberías...