Oʜ Mʏ Bʟᴏᴏᴅ

𝟑; 𝟏𝟕𝟔𝟏: 𝐖𝐞𝐧 𝐉𝐮𝐧𝐇𝐮𝐢

Durante ese tiempo los matrimonios arreglados eran muy comunes, bastante de hecho, para mi buena suerte mi matrimonio se arreglo con mi mejor amiga.

Me case con ella y tan buena era nuestra relación que todos creían que nos amábamos aunque no era así, solo éramos buenos amigos, a ella le gustaban las mujeres y a mi los hombres, mucha coincidencia.

Claro que casi nadie lo sabia y no teníamos amantes así que era una "relación sana" no había secretos entre nosotros ni nada de eso. Cuando nuestros padres pidieron herederos tampoco nos negamos, aunque éramos amigos también queríamos hijos.

Así que la cópula se llevo a cabo en nuestro cuarto aniversario de bodas, para ese entonces yo tenía veintiún años, pero ya era normal estar casado en ese entonces, de hecho si tenias más de veinte y no estabas casado era muy mal visto.

Que tiempos aquellos.

Todo el embarazo fue una etapa maravillosa, veías crecer el vientre de tu esposa y con ello el bebé, podías pegar tus oídos y escucharlo moverse, podías hablarle de como seria su vida una vez que naciera, mandabas a decorar una habitación completa con juguetes, muñecos y otras cosas.

Después era ayudar a tu esposa para que diera a luz, mientras los demás hacían los preparativos para la ceremonia de bienvenida.

Se te iba la vida en esos nueve meses y eran los nueve meses más felices de la vida.

Cuando llego el día de su nacimiento estuve tan feliz que no parecía real, se nos ocurrió viajar a una cas un tanto alejada de la actual, yo era el segundo hijo en la linea de sucesión, un príncipe, así que para mi había otra propiedad y unas cuantas cosas mas.

Siempre me ponía a pensar en algún buen nombre para mi hijo pero no encontraba algo que combinara o sonara mejor que el mío.

Se me había ocurrido pasar por lo menos una semana juntos, estábamos relativamente cerca del mar y de la nada llegaron cuatro personas de algún lado del mundo con ropa extraña desde mi punto de vista.

-¿El príncipe Wen Junhui?

-Si, ¿Quién pregunta?

-Soy Do KyungSoo, es algo difícil de explicar pero vinimos a protegerlo alteza

-¿Protegerme de que?

-Los impuros

-Entonces existen

-Así es, vamos, tienen planeado atacarlo a usted

-Pero en donde?

-En su residencia

-Mi esposa y mi hijo están ahí

-Iremos nosotros dos, ustedes quédense con Jun

Ni siquiera sabia que era lo que estaba pasando, no sabia porque me querían a mi.

Los otros dos chicos se quedaron conmigo, desde el camino de la playa hasta el camino de piedra que llegaba a la residencia solo para encontrarme con dos de mis guardias completamente desmembrados.

La sangre corría por todo el camino y era la primera vez que veía algo así, los otros dos solo se miraron entre si con algo de temor, sacaron sus arcos y flechas con puntas de plata, me dieron una espada con una hoja de plata y abrimos la puerta de la entrada principal.

En mi vida había visto algo tan brutal, toda mi guardia real, mis mejores soldados, todos estaban muertos, desmembrados, todo el terreno estaba cubierto de cadáveres, sangre y restos de flechas, lanzas e incluso espadas.