𝟓; 𝟏𝟖𝟔𝟕: 𝐋𝐞𝐞 𝐒𝐞𝐨𝐤𝐌𝐢𝐧

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Si a mi y a Joshua nos hubieran pagado por enamorarnos de personas inalcanzables, seriamos multibillonarios.

Digo billonarios porque llevamos "vivos" casi siglo y medio, y esto que les voy a contar se remonta en el siglo diecinueve , actualmente estamos en el siglo veintiuno y en medio de una guerra pero eso lo verán más adelante.

-Eso si la autora no vuelve a desaparecer como siempre

-¡Callate Kook esta no es tu historia!

-Ey, estoy en medio de algo importante, hablense y matense pa' ya

-Despues de ti quien va?

-Ni idea...creo que ustedes dos

-Ah...quiero un ramen

-Yo igual, ahorita regresamos

-Me traen algo

-¡Muevete! ¡Esta es la historia de Seokmin!

-Pero si yo soy el--

-Silencio Kook! Seokmin, por favor continua

Ah...bueno, voy a comenzar desde lo que paso en mil ochocientos sesenta y dos, cuando tenía diecisiete años y estaba de lo más enamorado de la hija de uno de los nobles del reino de Joseon.

Era la chica más hermosa, Park Siyeon, era más hermosa que la reina...vieja bruja, bueno en fin, siempre me escapaba de casa para verla aunque fuera desde lejos.

Para mi suerte su ventana quedaba de lado de la calle y yo solo le tiraba piedritas para que se asomara y así poder saludarnos aunque fuera solo unos segundos.

Mi familia no era noble pero tampoco eramos tan pobres como el resto de los habitantes, era Lee Robin, suena parecido a SeokMin pero yo no robaba, solo daba dinero y comida a los pobres siempre que lo necesitaran.

A veces daba clases de lectura y escritura, incluso pedia ayuda con un poco de matemáticas, las odio pero están hasta en la sopa, créanme que históricamente yo tendría un récord con odiarlas.

Siyeon me miraba con esos hermosos ojos marrones que se iluminaban como estrellas y me saludaba con la mano mientras sonreía de esa manera tan hermosa, tanto que lograba desconcentrarme.

Su padre solo me dejaba estar con ella cuando eran los festivales o alguna celebración, solo porque su hija se aburrida en sus reuniones. Pero me dejaba estar con ella, ese era el punto.

Más de una vez la lleve a un bosque cerca del pueblo, había muchos arboles de cerezo y en esos días sus pétalos caían formando hermosos paisajes y recuerdos.

Cuando cumplí veinte me fui dos meses a la capital, en ese entonces se llamaba Hanseong, mi familia había ascendido en un status social casi al nivel de la familia de Siyeon y aun así no era suficiente persona para casarme con ella, pura mierda.

Compre un hermoso Hanbok en color lila, el jeogori tenía bordado una rama con flores de cerezo, estaba adornado con un listón en forma de moño de color rosa y zapatos del mismo color, también conseguí un tocado de plata con cristales simulando ser las alas de una mariposa y una piedra azul en el centro.

Yo estaba en una hermosa nube de sueños, imaginando que me casaba con ella, que teníamos cinco hijos, un perro, una casa enorme, que eramos felices y todo eso se fue a la mierda el dia que regrese al pueblo, su padre la había comprometido con el gobernador, un viejo de setenta años y abusivo, rabo verde mal parido y estupido.

-Lo siento SeokMin, mi padre me obligo a comprometerme con el, no tuve eleccion porque si la tuviera te juro que yo me casaba contigo

-¿D-de verdad? Siyeon, ¿Lo dices enserio?

Oʜ Mʏ BʟᴏᴏᴅDonde viven las historias. Descúbrelo ahora